Opinión Articulistas

Sin censo migratorio

Sin censo migratorio

Manuel Fermín

Aunque parezca una perogrullada gobernar se fundamenta en la verdadera y genuina aplicación de la ley, no en la acelerada fiebre de hacerla y promulgarla, considerando que los problemas del país se resuelven dictando leyes o con admoniciones.

Por ejemplo, la ley de Migración pareciera como si el Presidente se adhiere a cierto humanismo o a las exigencias exógenas para afrontar la indeseable y preocupante migración haitiana sin hechos firmes, y que lo contempla la misma ley.

En la frontera el Gobierno se aboca a políticas contradictorias contra las mafias que trafican haitianos, pues ni el “muro” ni el “sello”, y la maculada decisión de repatriar 10 mil personas semanales ante la plenamente amenazada nacionalidad, ha logrado detener la marea humana que se desplaza a nuestro territorio.

Por el contrario, asentados y tolerados en el país, el Gobierno luce replegado e inclinado a que tenemos que igualar derechos y obligaciones con los haitianos. Nuestras autoridades no alcanzan a percibir que en un Estado cabe una sola nación; no cabe la plurinacionalidad, y además es imposible.

Lo penoso es que toda esta invasión lo que ha suscitado es el desplome del Ejército en cuidar la frontera. Pero lo peor es que hemos devenido en cumplir todo un ritual vasallático ante sorprendentes defensores del fallido Estado haitiano, y que nos deja como resultado abrir una herida histórica con rasgos de perpetuidad infernal sin conocer con exactitud qué cantidad de esta gente tenemos aquí.

De aquí que mucho cuidado con los elogios del nuevo secretario de Estado de los Estados Unidos, pues lo que supuestamente hacemos bien, resulta malo para nosotros y bien para USA, que esquiva los “boast people” hacia sus litorales.

Ese desahogo que significa República Dominicana le evitaría enfrentar otro “Mariel” utilizado por el “castrato” para hostigarlos, esa vez con el apoyo de China y Rusia que hoy, paradójicamente, pues tienen relaciones diplomáticas con RD, pero con la misma complicidad, vetan en Naciones Unidas cualquier decisión de pacificar y desarmar el bandolerismo reinante.