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Sobre el aborto

Sobre el aborto

Ernesto Guerrero

La oposición a las tres causales por parte de los jerarcas de las iglesias, no es más que una cuestión de soberbia y desprecio frente a los movimientos feministas.

En nuestro país, el aborto está prohibido en todas sus formas y las multas van desde dos años a mujeres y niñas que los inducen y hasta 20 años para los profesionales médicos que los proporcionen. Sin embargo, esa ley no se cumple y el único propósito en mantenerla, es para no contrariar a los obispos.

Debido al acceso restrictivo al aborto, los datos subestiman el número de mujeres que tienen un aborto: según ENDESA 2013, el 9,8% de las mujeres embarazadas terminaron en un tipo de aborto, probablemente una gran proporción fueron autogestionados.

La aprobación de las tres causales podría ser considerada solo como una victoria nomotética ya que la mayoría de los abortos son motivados por otras causas.

Hay dos maneras de interrumpir un embarazo: el aborto en clínica y las pastillas abortivas; cuando se hacen con supervisión y/o asesoría de personal sanitario, las dos opciones son seguras y efectivas.

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 En nuestro país se realizan en la clandestinidad con procedimientos poco asépticos, y contribuyen significativamente con las muertes maternas. 

Las pastillas abortivas que se usan para interrumpir un embarazo son seguras y efectivas dentro de las primeras 12 semanas de gestación.

Sus nombres genéricos son: mifepristona y el misoprostol; Lo ideal es tomarlas combinadas, y se pueden adquirir por compras a través de la red.

En cambio, muchas mujeres solo toman misoprostol (12 pastillas de 200 mcg) que se expenden en las farmacias (con receta médica) con los nombres de Artrotec, Cytec, Cytotec, y cuesta entre 100 a 500 pesos dominicanos

Durante más de dos décadas, los legisladores de la República Dominicana han debatido sobre las tres causales, cuando en realidad la verdadera solución a este problema de salud pública es fortalecer los programas de planificación familiar incluyendo la interrupción del embarazo por elección de la mujer.

De lo contrario seguirá la paridera en nuestros hospitales de maternidad sobre todo de mujeres pobres e indocumentadas, que no tienen acceso a los medios de planificación.

De igual manera seguirán llegando los abortos provocados en condiciones de riesgo, mientras la justicia y la iglesia miran para otro lado.