En medio de la conmoción causada por la tragedia de la discoteca Jet Set, en la que 225 personas han perdido la vida, es digno de resaltarse la decisión de la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, de habilitar seis funerarias para que las personas de escasos recursos velen a sus deudos.
No se trata de la única contribución para mitigar la angustia de los parientes de los fallecidos. La alcaldesa, quien desde el primer momento estuvo pendiente de los acontecimientos, también dispuso de 170 ataúdes y 150 nichos en el cementerio Cristo Redentor.
Las facilidades por lo menos alivian el tormento de esas personas que no disponen de los medios necesarios para costear los funerales de sus relacionados.
Con esa decisión la alcaldesa va más allá del pesar por una tragedia que todavía conmueve a la nación. Lo suyo ha sido un gran gesto.