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Tarjeta de vacunación

Tarjeta de vacunación

Ernesto Guerrero

Las acertadas disposiciones que obligan a la presentación de la tarjeta de vacunación para transportarse o entrar a determinados lugares, ha inducido a que muchos indecisos acudan a vacunarse. En los medios de comunicación y ahora en los tribunales hay quienes se oponen a esta medida explotando argumentos anticientíficos, mientras que otros cuestionan la legalidad de la disposición sanitaria. 

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las personas que no están vacunadas tienen 4,5 veces más probabilidades de infectarse que los completamente vacunados, 10 veces más probabilidades de ser hospitalizados y 11 veces más probabilidades de morir. Vale destacar que además de su efectividad, las vacunas aplicadas a millones de personas han demostrado ser seguras.

Según datos de Salud Pública, desde el inicio de la pandemia, 371.447 personas han dado positivo a la covid-19 y 4.090 (mal contados) han fallecido. Un total de 5 millones de personas han recibido una segunda dosis y recién alcanzamos un 60% de cobertura; Insuficiente para lograr la ansiada inmunidad de rebaño.

La presentación de un carnet o historial de vacunación no es algo nuevo, anteriormente formaba parte del expediente de cada estudiante en las escuelas. Igualmente, para viajar a determinados países con prevalencia de enfermedades contagiosas, siempre se exige una vacuna (fiebre amarilla) o la ingesta de determinados fármacos (antipalúdicos) de manera preventiva.

Al igual que muchos países en Europa, a partir de noviembre los extranjeros tendrán que presentar su carnet de vacunación para ingresar a los Estados Unidos. Aunque es una medida no recomendada por la Organización Mundial de la Salud, considero nuestro país debe indistintamente aplicarla. Muchos turistas provienen de países con altas prevalencias, verbigracia Rusia, que en estos momentos confrontan una alta tasa de mortalidad por COVID-19.

Aunque Ezequiel Molina o el párroco de la catedral Santiago Apóstol se oponga a la medida, no es posible que por un asunto espiritualista se asuma que el que va a entrar a la iglesia no va a estar contaminado de COVID, eso es un populismo barato, “señor ministro de Salud Pública rectifique eso”. En estos momentos en que estamos frente a un nuevo rebrote, cualquier medida que favorezca a aumentar la cobertura de vacunación, deberá ser considerada y apoyada por todos.