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Tempo y oralidad en la ciencia política

Tempo y oralidad en la ciencia política

El orador debe tener purismo en el lenguaje ibérico. El prestigio de su voz tiene valor ético y hasta moral en la comunicación cotidiana.

La ciencia política es lo social, teoría, practicidad, los sistemas y comportamientos de la sociedad para entender que es política, no es un juego de palabras, y responder a los intelectuales; Floro Hermes Gómez Pineda o Miquel Caminal i Badia: ¿Es posible un conocimiento científico de la realidad política?

La primera abarca todos los estudios relacionados a la antigüedad hasta nuestros días, incluidos los filósofos y teoricidad que han pensado, escrito y analizado la política. En sentido estricto, la ciencia política contemporánea nació a partir de la corriente conductista que trata de observar los comportamientos de los actores políticos y de los ciudadanos conforme a premisas estrictamente científicas.

El politólogo David Easton, insta al modernismo, define las interacciones o partes que lo componen como la manera de proceder al desarrollo partidista, gubernamental e institucionalidad pública.

Afirmo que la ciencia política “tiene como objeto averiguar de manera sistemática, objetiva y rigurosa por la organización, consolidación, distribución, ejercicio y conservación del poder dentro de los diversos conglomerados humanos, como resultado de distintos criterios, análisis, reflexiones, contribuciones e investigaciones -especialmente en occidente- a lo largo de dos milenios y medio.”

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Señores y señoras, comunicar con matices emocionales; entusiasta, amable, sentencioso y categórico son las características de las propiedades de la verbalidad. De desarrollo, facultad, básicamente del triunfo profesional de la política, como dice mi maestro e historiador, periodista, investigador literario y abogado, Euclides Gutiérrez Félix.

Aún más, intención psicológica, acento emocional, anímico y relativo a la conversación inspiracional. El orador público-político, el sacerdote ceremoniante, actor teatral, todos los que han educado su voz para proyectarla a distancia, poseedores de una gran intensidad de voz, deben aprender como requisito básico para una buena locución televisiva, radial o in live, a contener esos ímpetus y esos relieves vibrantes de sus voces, para conservar un nivel de intensidad e inflexión agradable al oído. Para mantener la tonalidad locutoril, es proyectar la voz, registro y los matices con los valores intermedios en grupos fónicos, claridad expresiva y volumen brillante.

La locución política necesita disciplina respiratoria, es exigible en la radiodifusión porque para leer ante el micrófono, ya hemos dicho que no se debe ajustar solamente el locutor u orador a la puntuación gramatical, pues, hay pausas, matices, inflexiones, que requieren inspiración y espiraciones distintas a las de la lectura normativa.

La monorrítmica es un defecto que en gran parte proviene de una mala respiración, la que también, afecta puede afectar la variación correcta de los distintos matices tonales. Simplemente creo y es mi resultado comunicar con toda naturalidad.

El político, orador, locutor (voiceover), presentador de noticias no pueden confundir la intensidad con la cantidad de un sonido, que es la duración mayor o menor de este, independiente de su tono, timbre e intensidad.

Mucho se ha hablado de la pureza del idioma. La lengua, Miguel de Cervantes Saavedra. Para unos, en ajustarse estrictamente a la Real Academia de la Lengua Española; mientras que, para otros, no sólo es eso, sino también en la observación y estudio del léxico usado por literatos, gramáticos, escritores y oradores cultos aceptador de nuevos vocablos o variaciones. Dícese, barbarismos, galicismos, italianismos, y más…, según, proceden del francés o del inglés.

Otras veces, neologismos, palabras recientes, innecesarias en nuestro idioma hispánico. El orador debe tener purismo en el lenguaje ibérico. El prestigio de su voz tiene valor ético y hasta moral en la comunicación cotidiana.

La oratoria, como hemos indicado, ha sido utilizada por los seres humanos desde tiempos inmemoriales; en su condición natural de ser social, siempre ha necesitado de un medio efectivo para transmitir sus impresiones y vivencias, de este modo la oratoria constituye un medio oral que por miles de años ha demostrado su efectividad, de ahí que, aún, en nuestra moderna sociedad, computadorizada e informatizada, su uso continúe vigente y sea motivo de esmerado estudio para lograr su dominio y correcta utilización.

La oratoria también es definida como arte de hablar con elocuencia; de deleitar, persuadir y conmover por medio de la palabra.

Un concepto que se complementa armoniosamente con la definición que consignáramos en líneas anteriores. La palabra oratoria tiene dos sinónimos de uso frecuente; retórica y elocuencia.

Es indiscutible que ganar en calidad o agradabilidad con un buen mensaje es tener una voz microfónica o radiofónica, y que es más correcta llamarse, voz radiofónica. Este tipo de voz es codiciado en oradores, locutores, actores o políticos de fuertes.

Por mi preparación y experiencia locutoril o maestría de ceremonias, los factores poderosos de la oratoria podemos afirmar que son: cultura general, correcta lengua española, buena articulación, correcta dicción, tono y volumen de voz apropiados; ritmos, valoración de la oralidad adecuada, voz natural, un perfecto dominio del sonido y técnica del micrófono.

El autor es periodista y analista social.