El actual panorama político sobre el que transita el partido de gobierno no es nada halagüeño.
Un territorio minado por serias dificultades, las cuales podrían ser quebrantadas si a través de una buena dosis de estrategia y actuando con inteligencia política, estos hacen lo que la razón indica y no lo que ciertos grupos que orbitan en sus cúpulas, es decir gobierno y partido, desean.
La entidad oficialista y por ende la administración bajo la responsabilidad del Presidente Abinader, recorren un camino que contiene serios peligros.
Como primer escollo está la conformación de su boleta a nivel nacional, en donde desde hace varios meses, venimos diciendo que si no se actúa con la sensatez y la disciplina orgánica, ahí pudiera haber serios problemas.
Estos se podrían traducir en renuncias de ciertos turpenes que creyéndose líderes de tribus locales dentro de ese gran cacicazgo llamado PRM, los cuales tratan de buscar espacios, tras la búsqueda de posibles triunfos dentro de la boleta oficialista, claro está, cobijado bajo la sombrilla del liderazgo de Abinader, quien pese a las circunstancias, mantiene un sólido liderazgo que es amenaza para la oposición de cara al torneo de mayo del 24.
Otro ingrediente, es la actual coyuntura internacional, donde las fratricidas guerras entre Israel y Palestina, más la que se acentúa entre Ucrania y Rusia, presentan un panorama no tan cómodo en cuanto a la estabilidad de la economía mundial se refiere, sobre todo para los que como nosotros somos ubicados por las grandes elites del pensamiento político, como tercermundista.
Ahora bien, no todo es “color de hormiga”, debemos recordar que durante la pandemia el Presidente dio muestra de ser buen manejador estatal.