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Héctor García

¿Pero cómo es posible?
Quien fuera mi fraterno amigo y compañero de ‘Peña’, el fenecido periodista Rafael Bonilla Aybar, hizo famosa una frase en su programa de televisión, la que usaba cuando irónicamente se hacía que no entendía tal o cual situación,

¿Pero cómo es posible?
Hago uso de la misma en la introducción, aunque si entiendo la situación a tratar. Y es que en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, se han dejado sin uso dos entradas y salidas de gran importancia, amén de que las mismas contaminan el ambiente.

Ocurre que la Administración pasada, remodelaba con un diseño ‘rarísimo’ la primera entrada y salida Este-Oeste, lado avenida 27 de Febrero y la primera entrada y salida Sur-Norte por la avenida Ortega y Gasset.

Las construcciones están paralizadas y los entornos abandonados, llenos de varillas, cemento y desperdicios de construcción.

Esto causa males peores a las usuarios vehiculares, porque tienen que usar la segunda puerta, lado 27 de Febrero para entrar y salir y hay unos ‘Conos, colocados por el departamento de Tránsito de la Policía, que impide el acceso al carril hacia el Oeste, usando el paso a desnivel de la avenida Tiradentes y el Túnel.

Los usuarios de la primera salida de la Ortega y Gasset, también se complican, porque deben salir por la 27 y taponan debajo del elevado. Casi no se puede salir por la número dos, pues la zona se se ha convertido en un caos por los vehículos estacionados todo el día por los médicos y usuarios del Hospital Central de las Fuerzas Armadas.

Sea cual fuere la causa del contrato de construcción de las obras señaladas, a un año y algo de gestión de la actual Administración del Ministerio de Deportes, la situación debió estar resuelta. Lo peor del caso es que nadie dice, ni explica nada sobre el engorroso caso.

Reclamando una salida pronta y satisfactoria a la la situación, tengo que preguntar: ¿Pero cómo es posible?
Las Reinas del Caribe
Honro a esas gallardas mujeres dominicanas que forman el equipo de Voleibol Femenino, bien bautizadas como: Las Reinas del Caribe, quienes este domingo ganaron invictas la Copa Panamericana clasificatoria para los Juegos de Cali-Valle 2021.

Qué orgullo es mirar la calidad de juego que presentan las muchachas quisqueyana, quienes hacen todo tipo de jugadas y prácticamente maniatan a las contrarias.

Llámese Estados Unidos, Canadá, México, Puerto Rico o Cuba, las dominicanas ‘no comen cuentos’ y con su excelente destreza: humillan a las contrarias.

El país se siente orgulloso de tener una representación tan digna que que nos regalan espectaculares triunfos y nos mantienen integrados a un deporte que cada día consigue más seguidores en el territorio nacional.

Extensivas nuestras congratulaciones a los dirigentes en canchas y directivos de oficinas de ese gran proyecto de voleibol dominicano.
Honor para todos.

Por: Héctor García
hectorgarciasr@gmail.com

El Nacional

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