Con el ajetreo que llevamos día a día, entre el trabajo, los quehaceres del hogar y la familia, nuestras horas de descanso son cada vez más cortas, y esto no solo afecta nuestro estado anímico y nivel de energía, también tiene fuertes repercusiones en la piel, pues se nos nota “a leguas” la mala cara, los rasgos cansados y las ojeras.
La piel necesita horas suficientes de descanso para liberar toxinas e impurezas de forma natural. Al relajarse los músculos mejora la circulación sanguínea, evitando la retención líquidos y la molesta celulitis.
Pero ¿Qué pasa si no descansamos lo suficiente? Lo que la mayoría teme, el tener pocas horas de sueño puede pasar facturas a largo plazo y acelerar el envejecimiento de la piel.
Lo ideal sería dormir 8 horas, para conservar una piel saludable, tersa y fresca.
Además del referido tiempo de descanso es bueno, justo y necesario que mimemos nuestra piel. ¡Tranquila! Que tu bolsillo no será afectado, puedes realizarte los procedimientos desde la comodidad de tu hogar, al crear mascarillas con productos naturales, que te ayudarán a recuperar la luz de tu rostro.
No todas las pieles son iguales, por lo que éstas son las perfectas según la necesidad de tu piel.
l Piel seca: Te recomendamos el aguacate con el aceite de almendras, pero esta fruta no está en temporada, por lo que sería muy dificil, prepararla.
Aún así existe otra mascarilla perfecta cuyos ingredientes puedes encontrar en cualquier supermercado: la mascarilla de aceite de coco y oliva. Solo debes mezclar dos cucharadas de aceite de coco con una cucharada de aceite de oliva. Esparce sobre el rostro o el resto del cuerpo y deja reposar por 20 minutos. Retira con agua tibia.
l Piel grasa: la mascarilla de sandía es un gran aliado para este tipo de piel. Solo necesitas la parte blanca de la cáscara, toma un pedazo de sandía, retira la pulpa y semillas y presiona la piel. Déjala secar durante 20 minutos. Retira con agua fría.
l Para todo tipo de piel: si en el frutero tienes una lechoza, estás de suerte, pues con esta fruta puedes hacer una mascarilla que ayuda a todo tipo de piel.
Aunque la lechoza no huele muy bien que digamos, es un sacrificio que debemos hacer para devolverle la vida al órgano más grande que tiene el cuerpo humano.
Corta una rebanada de lechoza, remueve las semillas y la pulpa. Frota suavemente la piel de la papaya sobre tu rostro, enfocándote en las líneas alrededor de los ojos y la boca. Deja secar durante 20 minutos y enjuaga con agua templada.
Recuerda
No olvides antes de ir a dormir retirarte el maquillaje, debido a que éste obstruye los poros y no deja respirar la piel. Y lo más importante, hidrata la piel. Recuerda que cuando descansamos nuestra piel también lo hace, y al estar esta relajada se muestra más receptiva a los tratamientos.
