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Un José Luis Rodríguez agradecido y conversador

Un José Luis Rodríguez agradecido y conversador

Gran parte de su concierto José Luis Rodríguez se mantuvo sentado.

Los amantes de la música romántica disfrutaron de un plato fuerte anoche, durante la presentación del cantante venezolano José Luis Rodríguez,  quien ofreció un repertorio de sus grandes éxitos en la  sala  Carlos Piantini del  Teatro Nacional  Eduardo Brito, acompañado por  una orquesta  sinfónica, con la magistral dirección del maestro Amaury Sánchez.

 Con la sencillez que lo caracteriza, con buen humor  y  lleno de gratitud “El Puma” abrió su concierto “Atrévete Sinfónico” de una manera poco común: antes de entonar la primera canción se detuvo a conversar con su publico, agradeciendo la oportunidad  de reencontrarse con los  dominicanos, encuentro que  fue pospuesto en varias ocasiones por cuestión de salud.

    Dueño de nada, Tendría que llorar por ti y Amante eterna  fueron las primeras canciones interpretadas por este gran artista que mantiene su voz casi perfecta a pesar de   la fibrosis pulmonar  idiopática   que sufrió y lo que  obligó a realizarse un doble trasplante  pulmonar.

 “Ustedes no saben la satisfacción y la alegría que yo siento. Yo estoy viviendo la vida como si fuera la última vez. Ayer se fue, el mañana no está, tenemos este momento nada más, o sea que tengo en alta estima la presencia de ustedes aquí. Se bañaron, se perfumaron, se pusieron la mejor ropa para venir aquí”, manifestó el artista  en una de las tantas veces que  se dirigió a los presentes.

 Las buenas canciones continuaron con Atrévete, Por si volvieras, las cuales  fueron coreadas por los presentes. Una nueva pausa  llegó para mostrar lo agradecido que estaba  de la nueva oportunidad que Dios le había dado para continuar viviendo.

 Preguntó al público quiénes lo veían por primera vez  y una gran  cantidad de personas levantaron la mano,   quedando éste sorprendido.

“¿Tuvieron que pasar 60 años para que ustedes vinieran? ¿Y si yo me hubiese muerto?” cuestionó el artista  en tono de broma.

En ese momento interpretó dos temas cristianos: Bondad de Dios, acompañado solo del piano, y Agradecido; luego Voy a conquistarte, Voy a perder la cabeza, Hay muchas cosas, Qué se siente, De punta a punta, Culpable soy yo,  para continuar con su repertorio romántico.

Para cerrar con broche de oro la noche, El Puma pidió a la orquesta  tocar  canciones más movidas, se apartó de su asiento e interpretó  Boca dulce boca, Pavo Real  y Agarrense de las manos,  junto a  todos los presentes.

 Sin lugar a duda fue una noche  donde quedó demostrado que recordar es vivir y que las buenas canciones no pasan de moda.