Santo Domingo.- Circula en las redes digitales, imágenes de un pez remo, muerto en la playa los Coquitos del municipio Pepillo Salcedo, provincia Montecristi, el acontecimiento, ha generado una sensación extrañeza debido a que, la especie se asocia con el anuncio del inicio de terremotos.

En el audiovisual, se pueden observar decenas de curiosos, entre ellos, dos adolescentes, tratando de tomar al animal, mientras se escucha la voz de una dama al fondo pediendo que lo “agarren”, al pez muerto, tras este es sacado de las aguas hasta la orilla de la playa por el movimiento de las olas del Mar Caribe.

Cabe destacar que, según experto, y la propia cultura Japonesa, el pez remo representa la llegada de movimientos telúricos, así como tsunamis, ciclones y otros desastres naturales.

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Es sobrada la creencia, ya que esta se hizo famosa cuando el sismólogo japonés, Kiyoshi Wadatsumi, verificó que este animal “sube a la superficie del Mar, cuando perciben ondas sísmicas del fondo marino.

A pesar que de que, no hay ninguna evidencia científica relacionada, a estos acontecimiento con el pez remo, la últimas investigaciones, al respecto, la especie logra salir a la superficie marina al estar enfermo o muriendo.

En este punto, siendo así, entonces se podría descartar la teoría sobre la aparición de este pez, asociada al anuncio sobre posible terremoto, o tsunami, u otros fenómenos de la naturaleza.

El otro dato, es que, este animal marino, no se le conoce algún lugar geográfico puntual, sin embargo, es más frecuente que se halle en aguas templadas, subtropicales y tropicales.

El dato

La última vez que en la República Dominicana se visó un Pez Remo, fue el primero de agosto de 1946 en Matancitas, lo que se conoces hoy, como la provincia María Trinidad Sánchez, luego, 3 días después, el 4 de ese mismo mes, ocurrió el gran terremoto de 8.0 que generó un tsunami y este acabó con todo a su paso.

Lo más importante de este terremoto fue el tsunami que se generó a raíz de la sacudida sísmica. El poblado de Matanza de la hoy Provincia María Trinidad Sánchez, Nagua, fue arrasado totalmente por las olas gigantescas que alcanzaron más 9 pies de altura; penetrando hasta 2 kilómetros hacia tierra, quedando de unas 300 casas construidas de maderas solo 8, las demás fueron despedazadas.

Los pueblos de Cabrera, Nagua y Sánchez quedaron sin comunicación al derrumbarse varios puentes.