No es menos que una puñalada trapera al pueblo humilde la decisión del Colegio Médico Dominicano (CMD) de paralizar a partir del martes y durante cuatro días todos los servicios de salud a nivel nacional, con excepción de las emergencias y pacientes en estado crítico.

Ausentarse de los hospitales y centros de atención primaria durante tanto tiempo, sin importar la justificación que el CMD arguye, se asemeja a infligir a la población “una herida ancha, un desgarrón”, como la Real Academia Española define ese tipo de estocada.

Ante el reclamo de un aumento salarial equivalente a un 70 % presentado por la agrupación de los galenos, el Gobierno sólo prometió un 10 por ciento, lo que motivó la convocatoria a la prolongada huelga en todos los centros hospitalarios que afectará a los sectores vulnerables a los que se les niega el derecho a la salud.

El presidente del CMD, doctor Waldo Ariel Suero, dejó entrever el advenimiento de una temporada de paros y huelgas, todas las cuales serán en hospitales públicos, porque al parecer, en las clínicas privadas no se requiere esa conquista porque los médicos reciben salarios justos y dignos.

Con el ofrecimiento de un aumento salarial de apenas un diez por ciento el Gobierno vertió combustible sobre fuego, por lo que no debería alegar ignorancia sobre la obvia reacción del CMD de convocar a un paro general en los servicios hospitalarios públicos.

Sin formular juicio de valor sobre si es justo o exagerado el reclamo del Colegio Médico, resulta abusivo que por un evidente resabio se convoque a una huelga hospitalaria por 96 horas, como si la vida de un ciudadano en condiciones de vulnerabilidad tuviera menos valor que una guayaba podrida.

En todas las convocatorias a huelgas y paros, el Colegio Médico y de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) insertan en sus pliegos de demandas la provisión de medicinas y equipos a los hospitales y la terminación de edificaciones escolares, pero todo se resuelve cuando el Gobierno cumple con la parte referida a los salarios o nombramientos.

Esta vez, el CMD ordena el cierre de los hospitales por cuatro días a partir del martes, en procura únicamente de aumento salarial, aunque entre sus reclamos figure el de un incremento al presupuesto de Salud. Duele decirlo, pero para no pocos gremialistas y gremios, al pobre no le queda más remedio que morirse.