En República Dominicana muy escasos medios y periodistas (preseleccionados por intereses externos) recibieron documentaciones con las denuncias contra Odebrecht y funcionarios dominicanos supuestamente sobornados. Todo tenía un fin, no la lucha sincera anticorrupción, si no derrumbar un Gobierno.
Igual se hizo en otros países de la región donde había instalados gobiernos de ideologías de izquierda o progresistas abanderados de la multipolaridad, como en Ecuador con Rafael Correa, Argentina con los Kirchner, Brasil con los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, en Cuba, Venezuela (desde los tiempos de Hugo Chávez), Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Perú, Honduras, entre otros).
Los desembolsos de la USAID sumaron US1,669 millones en la última década, que fueron dirigidos a su estrategia blanda de debilitar gobiernos y sacar fuerzas políticas del Poder para instalar otras servirles a EE.UU., así como para lograr silencios y descréditos de movimientos sociales.
En Latinoamérica y el Caribe esta inversiones de recursos para los fines señalados se concentraron en Venezuela (US211 millones), Colombia (US250 millones), Haití (416 millones), El Salvador (US144 millones), Perú (US103 millones), Ecuador (US86 millones), Honduras (US152 millones), Guatemala (US159 millones), México (US58 millones) y República Dominicana (US56 millones, entre otros países.
Según la entidad Reporteros Sin Fronteras, basada en un informe de la USAID, “en el año 2023 la agencia financió la formación y el apoyo a 6,200 periodistas, 707 medios de comunicación no estatales y 279 organizaciones de la sociedad civil del sector de los medios de comunicación».
La semana pasada el presidente Trump dispuso la cancelación de contratos del Gobierno de Estados Unidos con destacados medios de comunicación como Politico, The New York Times, BBC y Bloomberg, tras denunciar la práctica de compra de silencio y de resaltar las acciones gubernamentales de las administraciones socialdemócratas.
Mientras Elon Musk, en su plataforma X, dijo recientemente que los funcionarios del Tesoro aprobaban sin controles pagos «incluso a grupos fraudulentos o terroristas», por lo cual planteó en sus escritos que «Es hora de que la USAID muera», por considerarla «…una organización criminal».
Sin embargo, la USAID se creó en 1961 y desde entonces ha realizado desembolsos por miles de millones de dólares con los que ha financiado proyectos de injerencia en el mundo, apoyado movimientos y partidos opositores, proyectos educativos, humanitarios y de capacitación de técnicos, profesionales, fiscales y jueces para influir en las políticas internas de las naciones.