(EFE).- La llegada del rey Felipe VI a San Juan estuvo este lunes precedida por el derribo de la estatua de Juan Ponce de León y las críticas de los independentistas a un distintivo entregado por España al gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi.
El monarca español aterrizó en la Base Muñiz de la isla a las 17-40 hora local (21-40 GMT) para una visita oficial con un importante componente institucional, económico y cultural.
La capital puertorriqueña amaneció con la sorpresa del derribo de la estatua del que fue el primer gobernador español de Puerto Rico, situada en la plaza de San José, en el caso histórico, por donde mañana paseará Felipe VI.
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Según pudo constatar Efe, la estatua del conquistador español quedó dividida en tronco y piernas y parte del pedestal también fue fracturado en múltiples pedazos como consecuencia de la caída.
“UN VANDALISMO INJUSTIFICABLE»
El alcalde de San Juan, Miguel Romero, dijo que ya está en marcha una investigación, que incluirá el análisis de las cámaras cercanas al lugar con el objetivo de identificar a los responsables.
Romero subrayó que se trata del “producto de algún bandido”, al tiempo que aseguró no entender cuál es el mensaje que quieren transmitir los autores.
A su juicio, se llevó a cabo para llamar la atención y “para justificar lo injustificable”, aunque el acto fue claramente una protesta contra los símbolos coloniales, como ya ha ocurrido en otros países contra estatuas de figuras históricas controvertidas.
“La gente puede protestar, puede expresar sus opiniones, lo que no debe haber espacio es para actos delictivos y no lo va a haber”, aseveró Romero.
NO AFECTARÁ A LA VISITA DEL REY
El alcalde informó asimismo que la estatua iba a ser reparada y colocada en su lugar durante esta jornada, por lo que su derrumbe no afectará a la visita del rey. Felipe VI tiene previsto pasar mañana por la plaza blanco del vandalismo para visitar la Iglesia de San José, construida en 1532 por los monjes dominicos.
Esta iglesia, la segunda más antigua del hemisferio occidental y un ejemplo excelente de la arquitectura gótica española del siglo XVI, albergó los restos de Ponce de León durante 300 años, hasta su traslado a la Catedral en 1913.
Cuando la estatua iba a volver a ser instalada, un hombre trepó al pedestal en señal de protesta, retrasando las obras. El gobernador de Pedro Pierluisi también criticó lo sucedido, afirmando que “no hay justificación para ese daño porque es una estatua bonita».
A Pierluisi y al alcalde de San Juan, España les otorgó el pasado día 21 la Gran Cruz de Isabel la Católica, con motivo de la visita de Felipe VI a la isla, una condecoración que ha despertado algunas críticas.
UNA INJERENCIA
El Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) repudió este lunes la concesión de esa medalla a Pierluisi, considerando que constituye “una injerencia indebida por parte de un país sobre los asuntos políticos de otro pueblo».
“Es un insulto que comparezca el rey de España como portavoz del Gobierno español a otorgarle un premio o un honor a quienes reniegan de nuestra identidad, de nuestra nacionalidad y de nuestro derecho inalienable a la libre determinación e independencia”, dijo el secretario general del PIP, Juan Dalmau.
Puerto Rico fue una colonia española hasta 1898, cuando su soberanía fue cedida a Estados Unidos tras la derrota de España en la guerra hispano-estadounidense.
Pierluisi dirige el Partido Nuevo Progresista (PNP), formación que favorece la plena integración de Puerto Rico a EE.UU., del que es un Estado Libre Asociado con cierto grado de autonomía gracias a su propia Constitución.
Dalmau denunció que la distinción al gobernador es “una irresponsabilidad diplomática” y “un acto de hipocresía».
Durante su estancia en la isla, Felipe VI se reunirá con el gobernador y con el alcalde, participará en un foro empresarial y visitará varias exposiciones organizadas con motivo de los 500 años de la fundación de San Juan por los españoles.