Vendedores
A pesar del prolongado atraso en los trabajos de rehabilitación del malecón de Santa Bárbara de Samaná, vendedores informales que operan en esta zona conservan la esperanza de que, una vez concluidas las obras, el turismo en la provincia recobre su dinamismo y mejoren sus ingresos.
Artesanos, joyeros, pintores, cocoteros y vendedores de jugos señalan que han visto mermar sus ingresos durante el proceso de remozamiento, el cual ha limitado significativamente la afluencia de turistas. Sin embargo, coinciden en que la espera valdrá la pena.
“Esto nos ha afectado bastante, pero tenemos fe en que todo va a mejorar cuando terminen todos estos trabajos”, expresa Martín Fígaro, vendedor de accesorios y artesanías, con 27 años sustentando a su familia con ese negocio.
De acuerdo al reloj instalado por el Ministerio de Turismo en el malecón de Samaná, los contratistas deben entregar la zona intervenida en 10 días.
Puerto clave
Fígaro, de 47 años, ve con optimismo las remodelaciones. Espera que la terminación del puerto de cruceros Samaná Bayport, el cual lleva cerca de tres años en construcción y es la principal entrada de turistas extranjeros de la zona, supere sus años de gloria.
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La última vez que la comunidad de Santa Bárbara recibió más de 50,000 cruceristas fue en 2019, específicamente 53,905 visitas, según datos del Banco Central. En el período 2016-2019 promedió 51,509 turistas anuales, siendo el 2017 el más preponderante con 62,658.
Entre 2020 y 2024 esa zona costera del país registró un promedio anual de 31,184 turistas, reportando el 2023 con la mayor suma al reflejar 46,876 viajeros. Sin embargo, la mayor cantidad de visitas vía marítima que registra los samanenses en los últimos 30 años fue en 2009, con 235,514 turistas. Seguido del 2010 y 2011 al reflejar 186,894 y 152,566, respectivamente.
En el primer trimestre 2025, Samaná reporta 32,888 visitas. Es decir, un crecimiento de 1.7% que equivale a 554 llegadas más respecto al mismo período del 2024.
La inversión en la nueva terminal de cruceros supera los 500 millones de pesos, impulsando el turismo
La inversión para la rehabilitación del malecón y la nueva terminal de cruceros supera los 500 millones de pesos, según las autoridades. Solo el puerto representa alrededor del 60% de esa inversión, es decir, 300 millones de pesos.
Yadiel Martín Fígaro, de apenas 18 años e hijo Martín Fígaro, también forma parte del negocio familiar desde los 12. Ambos resaltan que antes, durante la temporada alta, que comprende los meses de diciembre a abril y luego de junio a agosto, sus ingresos alcanzaban entre 80,000 y 90,000 pesos mensuales, gracias a las llegadas de los barcos.
Sin embargo, no ha sido así en los últimos años, y especialmente durante la temporada baja, que abarca septiembre, octubre y noviembre, las ventas caen drásticamente.
“Tengo entendido que esa terminal de cruceros tiene varias etapa, veo que falta le mucho. Pero, cuando concluyan los trabajos, aquí se va a generar una dinámica envidiable. Esta zona va a resurgir con fuerza. La temporada de cruceros es clave. Cuando hay cruceros, se mueve todo. Joyeros, artesanos, cocoteros, todos vendemos. El turismo de cruceros es de los que más nos deja dinero”, afirma Martín hijo.
Más de 70 personas dependen de actividades informales en el malecón, vitales para la cultura local
Además del turismo marítimo, vendedores como Francisco Santos, esperan que se reactive el hotel cerrado actualmente, cuya reapertura está prevista para noviembre de este año. “Ese hotel también es un soporte fuerte para nosotros. Cuando está funcionando, hay más movimiento en el casco urbano”, explicó.
Los vendedores estiman que más de 70 personas dependen directamente de las actividades informales en el malecón. Aseguran que están organizados y dispuestos a colaborar con las autoridades para garantizar un entorno ordenado y atractivo para los visitantes.
“Nosotros aquí no solo vendemos, también representamos la cultura y el trabajo de la gente de Samaná. Queremos que el malecón vuelva a brillar como antes y que los turistas se lleven lo mejor de nosotros”, concluyó Santos, mientras el sol se ocultaba sobre la bahía y las obras seguían su curso.
