Los viejos fantasmas han reflotado en la Policía tras la designación de un nuevo director y los cambios que se han anunciado. De la puesta en retiro en 2010 del general Eduardo Alberto Then, por antigüedad en el servicio, nadie se ha hecho responsable. Se alegó que había sido por órdenes superiores.

Pero Then se resistió y apeló a la justicia, que al cabo de seis años le dio ganancia de causa, ordenando su reintegración. No se descarta que la decisión estuviera relacionada con la sempiterna lucha grupal en el cuerpo.

Como si se tratara de un mensaje el director de la Policía recordó que echó el pleito en solitario. Propia de intereses que la relegaron a un segundo plano es la denuncia del general retirado Alejandro Dipré Sierra de que la reforma de la Policía no se pudo implementar en el Gobierno de Danilo Medina porque un ministro la engavetó.

Y agregó que el patrullaje por cuadrantes que se ha anunciado no prosperó en el pasado por falta de voluntad. Algún día, por lo visto, tendrán que aclararse muchas cosas sobre la operación de un cuerpo cuyos miembros son asociados con la delincuencia y la inseguridad que prevalecen en el territorio.