¿Qué significa “Rasgarse las vestiduras?
Se ajusta a los casos en que alguien demuestra con evidencia su dolor, malestar, rabia o indignación. También se usa por la negativa: “no hay que rasgarse las vestiduras”, para señalar que no se debe exagerar o dramatizar, pues lo acontecido no lo merece.
Puede creerse que se trata de una práctica exclusiva de gente pudiente, que posee ropa suficiente como para darse el lujo de romper alguna en un momento de ira, pero no es así. Era la actitud que asumían los miembros de antiguos pueblos, en particular judíos, cuando eran víctimas de desgracias. En algunos casos, también se complementaba la acción con autoflagelaciones.
No conozco a muchos griegos ni a muchos judíos, pero sé que a ellos debemos la expresión «rasgarse las vestiduras».
Y, aunque la RAE designa esta frase para referirse a alguien que se escandaliza excesiva e hipócritamente por algo que otros hacen o dicen, originalmente, el acto de desgarrarse la ropa era —y sigue siendo en algunos casos— una manifestación de dolor sincero por la pérdida o el sufrimiento de algún ser querido.
Homero mismo narra la costumbre practicada en los funerales griegos, en que los dolientes rasgan sus vestidos para hacer público su duelo.
Actualmente es común escucharla en boca de los políticos, cuando se burlan de la intolerancia o fanatismo de algún colega; sin embargo, en la antigüedad, el acto de rasgarse las vestiduras era también una manifestación de indignación que señalaba un ultraje, pues, al recibir una ofensa, el agraviado desgarraba su ropa como muestra de la afrenta y en espera de algún acto reparador.
De hecho, hay varios pasajes bíblicos en los que se hace referencia a esta práctica, como el Segundo Libro de los Reyes, 6:30, en el Antiguo Testamento, que dice:
“Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer rasgó sus vestidos y como pasaba sobre el muro la gente vio el cilicio que llevaba sobre su carne”.
Es pues claramente un acto de inconformidad, desaprobación y dolor.
Viene de una tradición religiosa que consistía en que una persona ofendida rompía su ropa para rechazar así el agravio o vituperio recibido.
Hoy dicha frase cambió su aplicación y la usamos para criticar a quienes se escandalizan con excesiva ira ante una débil ofensa.
Ejemplos de uso: «no me voy a rasgar las vestiduras por las infidelidades de mi hermana, que ella haga lo que quiera».
«¿Ahora se vienen a rasgar las vestiduras ellos? Justamente los responsables políticos de tanta corrupción».
Por: Aida Trujillo Ricart
http://aidatrujillo.wordpress.com/