Vivencias cotidianas de allí y aqui: Refranero español, “Muerto el perro se acabó la rabia”

¿Cuál es el origen del refrán: Muerto el perro, se acabó la rabia?
“Muerto el perro, se acabó la rabia” es un refrán que tiene su origen en un hecho asaz cruel. Se trata del sacrificio de perros rabiosos. Esta práctica se llevaba a cabo con el fin de evitar que esta enfermedad se siguiera propagando pues antiguamente se creía que matando al perro que había mordido a alguien se evitaba el contagio de la rabia que éste padecía.
La rabia es una enfermedad que puede afectar a diferentes tipos de animales y también puede ser contagiada a un ser humano si un animal enfermo lo muerde. Este virus se transmite por la saliva del animal que la padece.
No existe cura para la rabia por eso se creía que la única manera de ponerle fin a su propagación era sacrificando a los animales enfermos.
En 1880, tras aislar el microorganismo responsable del cólera de las gallinas (un mal que podía matar hasta el 90% de un gallinero), Louis Pasteur consiguió disminuir su virulencia siguiendo la técnica que había desarrollado Edward Jenner en 1798 inyectándoles microbios debilitados.
Estimulado por los resultados favorables que obtuvo, aplicó el principio de la debilitación de los gérmenes para preparar vacunas contra la rabia. Sus primeros estudios comenzaron cuando un veterinario le llevó dos perros rabiosos y le pidió su opinión. Solo había experimentado con perros cuando en julio de 1885 le llevaron un niño de 9 años, Joseph Meister, que había sido mordido por un perro rabioso. A pesar de no ser médico, Pasteur aceptó el desafío y experimentó la vacuna en él. Fue un éxito.
¿Qué expresa el dicho: Muerto el perro, se acabó la rabia?
En la actualidad esta frase no se aplica de forma literal, por lo que no hace referencia a la muerte de ningún animal sino que se utiliza para decir que en ocasiones se deben tomar medidas radicales para ponerle fin a un problema poniéndole fin al factor que lo causa
Al terminar con el factor causante, entonces también se acaba con sus efectos o consecuencia.
En Puerto Rico y República Dominicana se dice que “muerto el perro se acabaron las pulgas” y en otros países que “perro muerto no muerde”.

Aida Trujillo Ricart
http://aidatrujillo.wordpress.com/