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Voces y eco

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Rafael Peralta Romero

Literatura infantil

El próximo lunes se conmemora el 158 aniversario del estallido de la Guerra Restauradora. Este hecho, ocurrido en 1863, permitió restaurar la   Independencia Nacional, conquistada en 1844 y mancillada en 1861 cuando un “inconsulto caudillo”, como expresa nuestro Himno, entregó a España la soberanía de la República Dominicana.

Ese día, 16 de agosto, se festeja también el primer aniversario del Gobierno que preside Luis Abinader.  Este Gobierno ha significado el restablecimiento, sinónimo de restauración, del orden institucional, la separación de los poderes del Estado y el retorno del sentido ético y la transparencia como un estilo de gobernar.

Como parte de los festejos de ambas efemérides, está programada la entrega del Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil, de reciente creación, que en su primera versión ha correspondido a la veterana escritora Lucía Amelia Cabral, por una trayectoria de casi medio siglo produciendo obras  literarias para niños.

¿Qué papel juega la literatura infantil?  Algunos podrían responder que muy poca cosa, y otros quizá estimen que nada. Pero a mí me parece de primera importancia el papel de la literatura infantil en el proceso de formación de los niños para convertirlos en entes pensantes, capaces de expresarse y comprender lo que se les enseña.

Será bueno partir de que del conocimiento y de la educación depende la calidad en el trabajo. Aún más, resulta difícil un cambio en la sociedad, si no ocurre primero una mejoría sustancial en la calidad y dedicación al trabajo y un cambio profundo de actitudes de los ciudadanos. Nada como la educación para modelar la conducta humana. 

Ningún ser de los que pueblan la tierra llega a la vida tan requerido de terminación como el humano. Por eso al proceso del crecimiento biológico  de una criatura humana, debe unirse la configuración de su personalidad,  además de templarse y ajustarse al sujeto para hacerlo apto para la convivencia con los de su especie.

El desarrollo social depende sobre todo de la calidad del trabajo humano. La calidad del trabajo es proporcional a la conquista del conocimiento por parte de los individuos. La conquista del conocimiento guarda relación directa con el desarrollo de las competencias de cada sujeto, mayormente de las competencias comunicativas, las cuales involucran incuestionablemente el manejo del idioma.

Algo más. La lectura es la vía más idónea para el desarrollo de esta última facultad. Para iniciar a un niño en esta práctica, se produce la literatura infantil. De ahí que no me parezca nada utópico asociar la literatura infantil con las posibilidades de cambios y mejoramiento de una sociedad. Por eso fue creado el Premio Biblioteca Nacional.

Por: Rafael Peralta Romero (rafaelperaltar@gmail.com)

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