Como si se tratara de aparatos expendedores de dulces, en muchos colmados del Gran Santo Domingo operan de forma ilegal una variedad de máquinas de juego de azar de las llamadas tragamonedas, a pesar de que su uso está prohibido en este tipo de negocios, por ser lugares públicos, muchos de los cuales están al alcanzase de personas de bajos recursos y sobre todo niños y menores de edad.
Desde hace casi una década en cientos de colmados del Gran Santo Domingo fueron instaladas estas máquinas tragamonedas como parte de una operación ilegal que tenía la finalidad de replicar el ambiente de los casinos con estos aparatos de apuesta.
Los aparatos con una apariencia muy llamativa, con luces multicolor, ofrecen, como en todos los juegos de este tipo, una cuantiosa ganancia por cada diez pesos apostados. Su oferta no pasa desapercibida para niños y menores de edad que ven la oportunidad de aumentar su dinero.

Debido a su algoritmo de funcionamiento este tipo de máquinas están sujetas a operar solo en casinos y lugares preestablecidos y autorizados por el Departamento de Juegos de Azar del Ministerio de Hacienda, en donde solo deberán ser usados por mayores de edad.
Instalación
Todo indica que bajo la complicidad de las autoridades en todos los niveles los propietarios de estas máquinas las instalan en colmados para que operen a todas horas con la salvedad de que no serían molestados por nadie, y tendrían una ganancia sustancial en donde solo tenían que habilitar un lugar en el establecimiento y proporcionar la energía eléctrica a los aparatos.
En un recorrido realizado por un equipo de esta diario por varios barrios de la capital y la provincia Santo Domingo, se pudo comprobar que en muchos colmados estas máquinas siguen instaladas. En algunos establecimientos operan todo el día, en otros, solo de noche, y en muchos, son sacadas solo los fines de semana.
Prohibición
En su Artículo 1 la Ley No. 29-06, expresa los siguiente: “Queda absolutamente prohibida la instalación, operación y funcionamiento de máquinas tragamonedas en las bancas de apuestas deportivas, colmados, colmadones, ventorrillos, billares, bares, restaurantes, piano bar, clubes recreativos de bingo y en todo establecimiento comercial, a excepción de los casinos de juegos de azar debidamente autorizados”.
Caso Calamar
Según la acusación que hace el Ministerio Público en el sonado caso Calamar. En la gestión de Donald Guerrero, fue puesto en marcha el llamado “proyecto o programa de las bancas”, el cual consistía en el cobro ilícito a las bancas deportivas, de loterías y a los colmadones (estos por operar las máquinas tragamonedas), que debían pagar una mensualidad o serían cerrados y multados.
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A los colmados se presentaban hombres y decían a los dueños que instalarían una máquina de juego y que no serían molestados por nadie. Lo único era proporcionar el lugar y la energía eléctrica y recibirían un porcentaje de los beneficios. No había que firmar papel, solo debían permitir que una vez por semana alguien fuera y abriera la máquina para hacer la repartición.
Como en todo esquema ilegal, eran distintos dueños de máquinas que operaban en diferentes sectores. Los operativos que realizaban las autoridades se hacían en los sectores donde no se había pagado o eran operativos programados cuando alguna denuncia salía a la opinión pública.
Pero muy a pesar de lo acontecido y lo público que se hizo este esquema de corrupción, en la actualidad muchos colmados, claro está que en menor cantidad, siguen operando las tragamonedas ante la vista indiferente de las autoridades que tienen conocimiento de lo ilegal de esta operación.
Registro
Según datos colgados en Internet, la Dirección General de Aduanas y el Ministerio de Hacienda, a través de la Dirección de Casinos y Juegos de Azar, tienen registros de los artefactos que importan y tienen los registros de los manejadores de estos negocios en el país, que principalmente están en los centros turísticos.
Debe suponerse que hay un registro de cada máquina instalada en los casinos del país que operan legalmente y cada máquina a sustituir debe ser bajo un protocolo. Cada una de estas máquinas tiene un número, un código, que es como si fuera su identificación, por lo que no hay forma de que sea vendida como un electrodoméstico o aparato cualquiera.
Hacienda
En la semana pasada este redactor se dirigió al Ministerio de Hacienda para conseguir una entrevista con alguna autoridad que hable sobre el tema. Se nos informó que el procedimiento era enviar las preguntas vía correspondencia y esperar respuesta. Al solicitar hablar con alguien de Comunicaciones la joven de recepción informó que los teléfonos están en la página web y que no tenían autorizado comunicarnos con alguien de forma personal.
Preguntas
¿Cómo llegan las máquinas tragamonedas destinadas a casinos a colmados? ¿Quiénes son los dueños de estas máquinas? ¿Cómo las autoridades no se dan por enteradas de esta violación? ¿Cómo, a pesar de la ilegalidad y de ser mencionadas en el caso Calamar, siguen operando? ¿Cuál es el temor del Ministerio de Hacienda de hablar sobre el tema?