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¿Y el muro fronterizo?

¿Y el muro fronterizo?

Hugo A. Ysalguez

Al parecer, la construcción de la verja perimetral en la línea limítrofe de la frontera, está paralizada o no avanza con la prontitud y emergencia que amerita, a los fines de cortar drásticamente la inmigración haitiana, pues hasta el momento sólo se han construido 23 kilómetros de un total de 391, lo que significa que falta mucho trabajo y tenacidad para concluir la frágil obra, dado que la misma no tiene la misma fortaleza de un muro de concreto.

 El presidente Luis Abinader dijo recientemente que el gobierno tenía los fondos disponibles para la construcción de la verja, y muchos dominicanos sensatos que velan por la seguridad interna de nuestro país, entienden que el proyecto debe ser rediseñado para levantar una gran muralla y así restringir y contener las manadas de haitianos que cruzan hacia nuestro territorio, dejando a sus pasos daños inconmensurables a nuestra forestación, ríos, arroyos y bosques que componen la diversidad de áreas protegidas que contribuyen a mejorar el cambio climático y la vida de los productores agrícolas y el nivel de agua que consume la población.

 Un muro alto y fuerte de contextura, es parte de la solución del espinoso problema que afrontamos con los haitianos indocumentados que ni siquiera tienen algún papel que pueda contribuir a su identidad por su condición de apátridas en sus propias tierras, y hacer hincapié, en el sentido de que la República Dominicana, no puede más con la pesada y azarosa carga de los haitianos, por lo que llegó el momento de afrontar con energía y valor una amenaza ancestral a la supervivencia como nación.

 El ingeniero Francisco Osorio, uno de los principales dirigentes del grupo Patriotas Dominicanos, nos escribe y hace las siguientes puntualizaciones. “¿Por qué los haitianos se quejan con nosotros, y no se quejan con Estados Unidos, México, Brasil, Cuba, y los demás países que los deportan a su país? ¿Acaso quieren que los trasladen en autobuses con aire acondicionado y otras comodidades? todo el mundo se queja, pero nadie hace nada.

 Las autoridades correspondientes le pasan un paño tibio a la situación y se muestran tímidos en el desempeño de sus funciones. Los pandilleros haitianos son narcotraficantes y este es un comportamiento típico de esta clase de delincuentes.