Por: Ernesto Guerrero
(guerrerocamiloe@gmail.com).-

La tercera dosis de refuerzo con vacunas de diferente plataforma ya es una decisión tomada por las autoridades, con el aval de prestigiosos galenos y las principales asociaciones y gremios de salud.

Compete ahora al Gobierno tomar las comunicaciones y previsiones necesarias para que todos los dominicanos acudamos masivamente a ponernos la dosis que nos corresponda según el calendario de vacunaciones.

Aunque carente de los datos estadísticos y epidemiológicos que motivaron esta decisión, se presume que se debe a la baja efectividad de la vacuna Sinovac para prevenir contagios, el aumento de los casos y personas vacunadas en las unidades de cuidados intensivos, además de la amenaza de la nueva variante Delta.

Los esquemas de vacunación no son estáticos, más bien responden a las nuevas evidencias científicas y las necesidades del momento.

En América ahora somos los dominicanos quienes estamos trazando pautas, al incluir una tercera dosis y en utilizar vacunas de una plataforma diferente. Estudios recientes, muestran que mezclar dos vacunases inocuo y eficaz, por lo que en teoría va a resultar bien.

Las vacunas Pfizer y AstraZeneca son seguras, y mucho más efectivas que la Sinovac por lo que nuestros niveles de protección inmunitaria aumentarán y estaremos mejor protegidos, aun frente a las variantes existentes.

Es importante advertir a la población que en los casos de una segunda o tercera vacuna las molestias post-vacuna son más frecuentes, pero igualmente poca duración y significa que realmente el sistema inmunitario se está preparando.

Si las vacunas llegan con la frecuencia y el tiempo previsto y nosotros acudimos a vacunarnos, entonces si podemos estimar la fecha para alcanzar la deseada inmunidad de rebaño.

Aunque la presión de vacunas ha bajado en los países ricos, ahora somos los pequeños y mas pobres los que competimos por esta oferta insuficiente. Afortunadamente el gobierno se adelantó y compró todas las dosis necesarias.
Las vacunas son importantes, pero siguen siendo complementarias, mañana pueden surgir nuevas cepas y vernos enfrentados por la demanda de vacunas.

Lo ideal es que el gobierno: fortalezca la vigilancia genómica; aumente la capacidad de pruebas; establezca un sistema de seguimiento de casos y contactos; fortalezca el sistema de información epidemiológica; y finalmente exigir el carnet de vacunación a empleados y beneficiarios del estado.