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Abinader y salarios

Abinader y salarios

Rafael Ciprián

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Sin ninguna duda, hace muy bien el presidente Abinader con impulsar el necesario aumento en los salarios de los trabajadores. La inflación lo impone. Y el derecho a vivir decentemente de las personas lo reclama.

 El salario está claramente definido por el artículo 192 del Código de Trabajo. Dice: “Salario es la retribución que el empleador debe pagar al trabajador como compensación del trabajo realizado.”

 Además, agrega: “El salario se integra por el dinero en efectivo que debe ser pagado por hora, por día, por semana, por quincena o por mes al trabajador, y por cualquier otro beneficio que obtenga por su trabajo.”

 Por tanto, el salario tiene un carácter convencional. Es el resultado del acuerdo entre el empleador y su trabajador. Pero en ningún caso el empleador puede pagarle a su trabajador un monto del salario inferior al que establece el salario mínimo legalmente establecido al momento de suscribir el contrato de trabajo.

 Con la intención de erradicar la discriminación y en consonancia con el artículo 39 de la Constitución, el artículo 194 del referido Código consagra: “A trabajo igual, en idénticas condiciones de capacidad, eficiencia o antigüedad, corresponde siempre igual salario, cualesquiera que sean las personas que lo realicen.”

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 La palabra salario se deriva de la voz latina salarium, que remite a la sal, como medio de pago en la antigüedad. Hasta el grado que los esclavos se vendían a precio de porciones de sal. Y si el esclavo era menospreciado se solía decir que no valía la sal que se pedía por él.

 El salario hoy puede ser nominal o real. El primero siempre está divorciado del segundo.

 El nominal es conforme a la nómina o el dinero que recibe el trabajador, pero el real es el que representa las mercancías o productos que se pueden adquirir en el mercado con esos pesos recibidos.

 Tenemos una extensa reglamentación legal sobre el salario. Y los grandes pensadores se han referido al tema. Por ejemplo, Tomás de Aquino, que la Iglesia católica lo santificó, nos habló del salario justo. En su valoración moral, debía ser el que permitiera al trabajador y sus dependientes vivir conforme a su estatus social.

 Para John Stuart Mill el fondo de salario determinaba el monto de dinero que los empleadores estaban dispuestos a pagar.

Pero para John Maynard Keynes el aumento de salario impacta la economía, porque induce al incremento del consumo, en lugar del ahorro.

 Carlos Marx entendía que el salario no se correspondía con la producción del trabajador. Era inferior y generaba una plusvalía o beneficio injustificado para el capitalista.

 Hay que tener mucho cuidado con los aumentos de salarios y la inflación. Se necesita compensar con una real y efectiva seguridad social. Así sea.