En la batalla contra el coronavirus todas las opciones son válidas para contener la expansión de una enfermedad con tanta capacidad de resistencia. La mejor muestra es que con la vacunación, la mascarilla y el distanciamiento el virus todavía persiste, aunque sea con menor intensidad y con menos defunciones.

El temor a un rebrote ha propiciado que el Colegio Médico Dominicano (CMD) y sociedades especializadas sugirieron ampliar el radio de vacunación hasta los menores de cinco años.

No se trata de ninguna novedad tomando en cuenta que en algunos países desde hace tiempo la inoculación se ha extendido hasta el rango de edad. La reacción de las autoridades no puede ser más sensata ante una contribución tan valiosa en momentos todavía difíciles.

El ministro y otros funcionarios del sector salud han declarado que evalúan la posibilidad, aunque cualquier decisión será tomada por consenso. Si hay que hacerlo para frenar la extensión del virus no se debe reparar en recursos.

Mucho antes de que lo hicieran grandes potencias el Gobierno tomó la encomiable decisión de aplicar una tercera dosis de vacunación, gracias a la cual la pandemia está hoy más controlada.

Es una realidad que con la docencia presencial hay más posibilidad de un rebrote de los contagios, que debe evitarse a toda costa. Si el ministro de Salud, Daniel Rivera, y el presidente del CMD, Waldo Ariel Suero, han de sentarse a afinar detalles para la vacunación de menores contra el virus la opinión pública los aplaudiría.