Lo más probable es que cuando estas líneas pasen por vuestras retinas, para ser fijadas en el intelecto, ya tengamos un nuevo papa; y ojalá sea mejor que el mismo Francisco, ¡ojalá!.

Sin embargo, estoy prendado de la vida que tuvo Jorge Mario Bergoglio, especialmente en la parte que le correspondió ser papa, que hermosura de ejercicio, cuánta grandeza para no perderse en el puesto y seguir siendo él mismo. El quería volver a ser cura de parroquia, a eso fue a Roma a pedírselo por escrito a Benedicto XVI, y este no se lo concedió.

Francisco murió a los 88 años. Es probable que los detractores de siempre encuentren algo negativo de su vida, pero ahora, hasta este hoy la imagen que tenemos es de una persona buena, fue él mismo a pesar de toda la maldad que puede esconderse en el ejercicio de un poder tan absoluto como el de Papa, cargado de opulencia, riqueza y despilfarro, además, rodeado de tanta corrupción, abusos sexuales, etcétera.

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Francisco hizo lo que creyó y salió como entró: humilde, pobre y apegado a sus ideas que la Iglesia debía ser una Iglesia de pobres para los pobres, como pensaba precisamente Francisco de Asís, nombre que escogió para su pontificado, y el propio Jesús.

A Francisco le preceden dos papas conservadores Juan Pablo II, el polaco Karol Józef Wojtyla y Benedicto XVI, el alemán Joseph Alois Ratzinger.

Previo al papado de Juan Pablo II, estuvo al frente del vaticano Albino Luciani, quien adoptó el nombre de Juan Pablo I. Su pontificado duró apenas 33 días, concluyendo abruptamente con su inesperada muerte el 28 de septiembre de 1978, conmocionando al mundo la falta de una autopsia oficial y la rapidez del proceso fúnebre, y su embalsamiento (lo que impedía una posterior necropsia), alimentaron la hipótesis de que fue envenenado.

Recordando a Luciani, temí por Francisco, pues sus planteamientos en contra de la corrupción en el Vaticano, así como la condena a los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y encubiertos por obispos y arzobispos, fueron los mismos que cuestionó Juan Pablo I.

El 13 de marzo de 2013 el argentino Jorge Bergoglio fue electo sucesor del papa Benedicto XVI. La imagen de la Iglesia se encontraba dañada tras una sucesión de escándalos de corrupción, abusos y conflictos internos. Hoy luce fresca y confiable gracias a por lo menos cinco aspectos a destacar de su papado:

Fue el primer líder de la Iglesia católica proveniente de un país latinoamericano y de toda América
Bergoglio fue el primer miembro de la Compañía de Jesús en dirigir la Iglesia católica. Desde el primer día mostró sus orígenes religiosos, apelando a la austeridad y la humildad.
Tampoco quiso vivir en el Palacio Apostólico, sino que se mudó a la vecina residencia de Santa Marta, donde habitaba un departamento de 40 metros cuadrados.
En línea con esta austeridad también buscó transparentar las cuentas históricamente dudosas de la Iglesia.
Abrió el diálogo interreligioso, incluyendo encuentros históricos con líderes del islam y del judaísmo.
En lo que respecta a los distintos cultos cristianos; Francisco hizo grandes esfuerzos para sanar las brechas. Logró un acercamiento histórico con la Iglesia ortodoxa oriental y trabajó con anglicanos, luteranos y metodistas.
A favor de la inclusión: “La Iglesia no puede tener injerencia espiritual en la vida personal, porque «Dios en la creación nos ha hecho libres”. Si una persona es gay, busca al señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?», autorizó a los sacerdotes a bendecir a las parejas homosexuales, aunque fue intransigente en cuanto al aborto y el celibato sacerdotal.
“No escatimó esfuerzos para llevar ante la justicia a los sacerdotes abusadores y a los obispos que encubrieron sus crímenes, y expulsó a muchos sacerdotes por este tema».
Realizó cambios de gran alcance que abrieron varios roles de liderazgo a las mujeres.
«Francisco fue el primer papa que nombró a una mujer para dirigir una oficina administrativa en el Vaticano. También por primera vez se incluyeron mujeres en el organismo de 70 miembros que selecciona a los obispos y en el consejo de 15 miembros que supervisa las finanzas del Vaticano. Nombró a una monja italiana, la hermana Raffaella Petrini, como presidenta de la Ciudad del Vaticano» y a Simona Brambilla como prefecta del Vaticano, convirtiéndose en la primera de la historia.” BBC.
Finalmente los invito a buscar en la red que les va a gustar: “Adiós, Francisco: Carta de un hereje al último papa decente». Publicación de Zona Deportiva EC, que es algo respetable, a diferencia de la imagen burlesca del “Papa Trump”.
El autor es médico.