Como quiera que se le mire, la realidad es que bajo la presidencia del empresario Ricardo de los Santos, el Senado ha logrado más integración y rendimiento en sus labores legislativas.

Antes que imponerse mediante la tiranía de la mayoría, proyectos como la ley de presupuesto y el polémico contrato con Aeredom han sido aprobados tras amplias discusiones y duras críticas.

Algunos senadores han gozado de la libertad de hasta excederse en sus cuestionamientos a funcionarios invitados a exponer sobre proyectos.

Los comentarios son de que bajo la gestión de De los Santos en el Senado se respira otro aire en cuanto a apertura y comprensión sobre el trabajo de los senadores.

Las reservas que podían tenerse con su elección han sido superadas por un pragmatismo que se ha traducido en resultados más auspiciosos. De los Santos ha salido airoso de lo que parecía una prueba.