La represalia con que el poderoso ministro venezolano Diosdado Cabello amenazó al Gobierno dominicano por la incautación aquí por Estados Unidos de un avión de su país tensa más las diferencias entre las dos naciones.

Ya Venezuela había suspendido los nexos diplomáticos en respuesta a la solicitud del presidente Luis Abinader y otros países para que se transparente la supuesta reelección de Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio.

En medio de las presiones y las sanciones a Venezuela, Estados Unidos incautó, con autorización del Gobierno dominicano, un avión del Gobierno suramericano que desde marzo permanecía para supuesto mantenimiento en el aeropuerto El Higüero.

Puedes leer: Abinader y Blinken: Cita oficial

Otra aeronave venezolana es retenida en la terminal aérea. En forma irónica Cabello, ministro de Interior, Justicia y Paz de Venezuela, advirtió al Gobierno de Abinader que se veían en la “bajaíta” por permitir lo que definió como de Estados Unidos de un avión de su país.

La amenaza de Cabello no puede ser ignorada ni aceptada, aunque es obvio que olvida que ya el petróleo no es el arma con que Venezuela asustaba a cualquier nación.

Cabello puede decir lo que quiera sin que el Gobierno dominicano tenga que cesar en su postura de reclamar que se divulguen las actas que avalan la supuesta victoria de Maduro ni apartarse de las sanciones impuestas a Venezuela, una nación con la que por demás tampoco tiene relaciones diplomáticas. Cabello puede apuntar para otro lado.