Los motores de los vehículos constituyen una fuente importante de contaminación del ambiente. Las emisiones procedentes de los tubos de escape contienen monóxido de carbono, y dióxido de carbono que son liberados a la atmósfera en importantes cantidades.
Lo que será más dañinos en la medida en que el motor del vehículo tenga mayor tiempo de uso o menor nivel de mantenimiento, como generalmente pasa con los vehículos que tienen más de 10 años de uso.
La modificación de la Ley 147-00 que limita a cinco años la importación de vehículos usados sería un retroceso que afectaría no sólo la economía del país y la salud de los dominicanos, sino también que pone en entredicho los avances en materia de protección ambiental.
Con 4 millones 842 mil 367 vehículos en circulación, y más de dos millones de motocicletas en un ecosistema de vías que no ha cambiado en una década, la capital está poco menos que asfixiada.
De modo que la propuesta del senador por San Cristóbal, Franklin Rodríguez, ha sido considerada inviable desde el punto de vista ecológico y de extremadamente populista, desde el aspecto político.

Así lo piensan el presidente de la Cámara Americana de Comercio (AmchamDR), Roberto Herrera: el exministro de Medio Ambiente, Omar Ramírez; el presidente de la Sociedad Ornitológica de la Hispaniola (SOH), Jaime Moreno, y su director ejecutivo Jorge Luis Brocca, quienes consideran negativo que se pretenda modificar una legislación que ha ayudado al país a mostrar sus esfuerzos para disminuir los gases de efecto invernadero.
Herrera destaca que República Dominicana ha asumido un compromiso formal de nación con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y acorde con la visión de la nación que la Estrategia Nacional de Desarrollo estipula en su cuarto eje “Una sociedad con cultura de producción y consumo sostenibles, que gestiona con equidad y eficacia los riesgos y la protección del medio ambiente y los recursos naturales y promueve una adecuada adaptación al cambio climático”.
Sostiene que los carros, camiones y buses alimentados con combustibles fósiles constituyen una de las principales fuentes de contaminación del aire, pues emiten más de la mitad de los óxidos de nitrógeno al aire, y son, al mismo tiempo, uno de los mayores emisores de gases asociados al calentamiento global. Es por esto que señala que, por ejemplo, cambiar la legislación para permitir la importación de vehículos de combustión de hasta 10 años de fabricado iría en contra los compromisos asumidos por el país.
Está entre quienes afirman que la movilidad eléctrica es el camino a seguir. Sostiene que los beneficios medioambientales de los vehículos eléctricos son notables y hablan por sí solos.

“El costo de cargar es mucho más barato que echar gasolina y el mantenimiento es una fracción del costo. Debemos legislar para que el cambio hacia la movilidad eléctrica sea aún más rápido y mejorar los incentivos para que las personas puedan adquirir un vehículo eléctrico y que la infraestructura de carga siga expandiéndose en nuestro país”, consideró.
En tanto que Omar Ramírez, en su condición de experto en el tema, rechaza cualquier modificación a la Ley 147-00 que establece como máximo cinco años para la importación de vehículos. Su posición la sustenta en que el país no puede retroceder en políticas que se entienden superadas.
Resaltó que República Dominicana está a la vanguardia en políticas climáticas en el Caribe y Centroamérica, para lo cual ha sacado tres instrumentos que son fundamentales.
Entre estos mencionó los inventarios de gases de efecto invernadero, que tienen las mediciones a partir de 2015 como referente.
José Antonio Torres
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