Opinión Articulistas Voces y ecos

Arrogancia de una y timidez de otra

Arrogancia de una y timidez de otra

Rafael Peralta Romero

La democracia es buena, es paciente, es tolerante. Se parece al amor, según lo ha descrito san Pablo. (I Corintios 13, 14-17). Pero la democracia, para que dé los frutos deseados, demanda orden y una disciplina a la que deben acogerse los intervinientes en las acciones políticas. Sin jactancia, pues la democracia no lo admite.

La disciplina emana de la autoridad electoral debidamente constituida y tiene que ser acogida con sentido ético y como un compromiso con la sociedad. Ese comportamiento corresponde a quienes tercian en la actividad política a través de sus organizaciones. Democracia sin orden no es democracia.

El pasado domingo, el partido Fuerza del Pueblo, que lidera  Leonel Fernández, realizó una caravana en Santo Domingo. Vimos gente vestida de verde, consignas al aire, dedos con señales partidarias y las poses de quien se propone demostrar fuerzas. Al día siguiente, la Junta Central Electoral se quejó débilmente de la acción.

Puedes leer: A Román Jáquez, JCE

Mediante acto de alguacil, la autoridad electoral pidió a FP tomar medidas para que sus marchas sean según  establece la Ley 20-23, Orgánica del Régimen Electoral. La intimación se produjo por sospecha de propaganda electoral anticipada. De modo que no se acusa de nada al partido de Fernández.

La JCE ha sido tolerante y benévola, si se tomara en cuenta que  intimar conlleva requerir, exigir el cumplimiento de algo, especialmente con autoridad o fuerza para obligar a hacerlo. Con ese espíritu debería ser recibida la notificación remitida por el Pleno de la Junta. Pero no ocurrido así, y eso llama a preocupación.

La prensa del pasado miércoles trajo titulares como el siguiente: “La Fuerza del Pueblo exige a la JCE retirar advertencia y niega categóricamente haber hecho propaganda electoral”.  No hay que estudiar mucho para percibir en la declaración de la FP un desafío a la autoridad electoral. La sensatez aconsejaba una disculpa.

La actitud de la JCE frente a la manifestación de FP, con ostensible despliegue de recursos propagandísticos, ha sido tímida. En el fondo, no es un requerimiento ni conminación. Se limita a una exhortación, similar a cuando se corrige un niño diciéndole “Si lo vuelves a hacer te pondré un castigo”.

Genera preocupación la arrogancia contenida en la respuesta de FP. Exige a la Junta retirar la advertencia en la que se le atribuye presunta propaganda electoral durante la caravana. La JCE no ha afirmado que durante la manifestación se violó la ley. La democracia es tolerante, pero requiere orden y respeto a la Ley. Caramba…