Hace tiempo que había llegado el momento de intervenir el tránsito, pero el Gobierno prefirió esperar hasta convencerse de que el caos en el transporte en lugar de mejorar no hace más que agravarse.

Aunque no ha detallado las 143 medidas que dijo se aplicarán para descongestionar el tránsito, con la decisión evidencia la incapacidad del Intrant y la Digesett, aunque se les asignen algunas funciones, para enfrentar el infartante problema.

El ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza, solo avanzó que algunas de las medidas serán disruptivas. Conductores, usuarios y peatones, así como técnicos calificados se han desgañitado en reclamo de que se aplique la ley, en lo que se encuentra una solución definitiva a la anarquía.

El Gobierno ha delineado algunos proyectos a largo plazo, que demandan cuantiosos recursos, pero mientras tanto se pueden implementar algunas acciones para que el tráfico sea por lo menos más fluido.

Los autobuses, el metro, los túneles, elevados y los teleféricos han contribuido con la fluidez y el transporte, pero no lo suficiente para eliminar el caos en las calles. El Intrant y la Digesett tienen mucho que ver con la crisis al no cumplir con sus funciones en los aspectos técnico y operativo.

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Es importante que las medidas que se propone el Gobierno en el corto plazo sean consensuadas con los gremios choferiles y todos los sectores que intervienen en el servicio del transporte. Pero ante el desorden es claro que no se puede esperar más para enfrentar el problema.