La designación de una mujer como jefa del penal de La Victoria ha sido presentada como un novedoso acontecimiento.

Por más importante que sea, la decisión no despeja los escándalos ocurridos en el recinto. Como coronel de la Policía, para María Isabel Gil Morales se trata de un reto más en su carrera dentro del cuerpo.

Pero el caso es que la opinión pública todavía está a la expectativa de los resultados de la investigación sobre el centro tecnológico encontrado en el penal y de la intervención de reclusos en la ejecución de crímenes y asaltos.

Antes de los escándalos que se han ventilado últimamente en torno a La Victoria, el asesor penitenciario del Gobierno, Roberto Santana, había denunciado que el encargado recinto recibía cinco millones de pesos semanales en soborno.

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La denuncia como los últimos escándalos también quedó en el aire. El cambio del comandante y la designación de una mujer no bastan en sí mismos para superar los males del recinto.

La decisión parece un paño con pasta para disuadir a la población. Además de aclarar los casos es importante avanzar en la necesaria modernización y reforma del sistema penitenciario.