Prosecion y Via Crucis, por motivo del Domingo de Ramos. Hoy/ Jorge Gonzalez
“¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”; “¡Hosanna en las alturas!”, fue el clamor de los primeros seguidores de Jesús quienes extendiendo ramas de olivo, mantos y palmas lo recibieron como rey en Jerusalén. Miles de cristianos católicos y de otras denominaciones rememoran ese día con el Domingo de Ramos que marca el inicio de la Semana Santa o Semana Mayor y el fin de la Cuaresma.
Es el preámbulo de la conmemoración de la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Cristo.
Millones de católicos en todo mundo y cristianos de otras denominaciones celebran batiendo palmas y ramas de otros árboles la entrada de Jesús en Jerusalén y su aclamación como Hijo de Dios.
La tradición cristiana señala que Jesús entró a Jerusalén montado sobre un asno y fue aclamado como rey por sus seguidores, quienes extendieron mantos, ramas de olivo y de palma a su paso. Se da el nombre de Domingo de Ramos porque Jesús fue recibido con ramos por sus seguidores.
Esta celebración tiene su base en la Biblia, tanto el libro de Mateo 21:1-11; Zacarías 9,9, este último un profeta menor del Antiguo Testamento.
Zacarías lo profetiza de esta forma: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna” (Zac. 9,9)
La eucaristía del Domingo de Ramos tiene dos momentos importantes. El primero es la procesión de las palmas y la bendición de las mismas por parte del sacerdote. El segundo es la lectura de la palabra que evoca la Pasión del Señor, en el evangelio de San Mateo.
De allí que el color litúrgico de Domingo de Ramos sea el rojo, ya que se conmemora la Pasión del Señor.
El Domingo de Ramos debe de ser visto por los cristianos como el momento para proclamar a Jesús como el pilar fundamental de sus vidas, tal como lo hizo el pueblo de Jerusalén cuando lo recibió y aclamó como profeta, Hijo de Dios y rey.
Los ramos de olivo y de palma son el signo por excelencia de la renovación de la fe en Dios. Se les atribuye ser un símbolo de la vida y resurrección de Jesucristo. Asimismo, recuerdan también la fe de la Iglesia en Cristo y su proclamación como Rey del Cielo y de la Tierra.
Durante esta época, es costumbre que las personas tengan en sus casas los ramos benditos. Muchos hacen cruces con las palmas y las ponen o detrás de la puerta, o sobre el crucifijo, o en las imágenes sagradas o los cuadros de motivo religioso.
En RD
La primera ceremonia del Domingo de Ramos del nuevo mundo ocurrió en la humilde iglesia de madera y hojas de cana dedicada a Nuestra Señora del Rosario en la margen oriental del río Ozama cuando fue instalada la ciudad de Ovando, según cuenta el investigador José Méndez.
Dice que fue desde allí donde se bendijo los primeros ramos y la procesión de ese día que marca el inicio de la semana Santa.
Con el traslado de la ciudad a la parte occidental los cultos de este día pasaron a celebrarse en los templos que en diferentes años se fueron erigiendo.
La Catedral primada Santa María de la Anunciación presidía los oficios oficiales de este día.
Mientras el arzobispo de turno bendecía los ramos y luego se realizaba la procesión por los alrededores de la Plaza Mayor hoy parque Colón.
Creencias
La población del antiguo Santo Domingo le atribuía a estas palmas benditas poderes extraordinarios. Se pensaba que protegían de los rayos, las tormentas, y de los malos espíritus. Se colocaban en las ventanas y salas de las casas.
Este año por primera vez en 70 años la procesión con la imagen de Jesús montado en un burro se hará en horas de la mañana (a las 10 a.m.) y no en la tarde después de la bendición de los Ramos que desde hace más de 100 años lo hacía el arzobispo.
La catedral tendrá la bendición y misa a las 12 del mediodía. La orden de frailes menores capuchinos se ha encargado de sostener estos cultos desde el templo patronal de nuestra señora de las Mercedes por más de 112 años en la ciudad colonial.
Hoy millones de católicos en todo el mundo acuden a las iglesias a bendecir ramas de palma y olivo. Otro significado que tiene el día de hoy es que Jesucristo entra en Jerusalén, libremente a entregar su vida por nosotros, y fue aclamado rey y Señor de la vida y la historia
Muchos acuden a los templos con flores porque es un día de júbilo, celebrando que Jesús es rey. Es un acto solemne y la comunidad lo celebra con ramos como un símbolo de alegría. La jerarquía católica también en estos días fija su posición sobre temas que preocupan a la gente.
Cambios
Con la llegada de los frailes capuchinos al templo de las Mercedes en el año de 1909 suspendieron la procesión con la imagen del Cautivo al no ajustarse su iconografía con la celebración de los ramos.
Hasta el año de 1952 la procesión salía solo con los fieles con palmas en sus manos. En este año se trajeron 2 tallas de Jesús montada en una borrica (la segunda enviada a la parroquia de San Pedro Apóstol hoy catedral en San Pedro de Macorís). Este año se cumplen 70 años de estar saliendo esta imagen por las calles de la ciudad colonial de Santo Domingo. Fuera de las procesiones la liturgia ordena que todas las Iglesias salvo situaciones especiales deben de bendecir los ramos fuera de los templos y entrar batiendo las palmas al interior de sus iglesias. Los católicos dan gran importancia a esta celebración.
