Las miradas nacionales están puestas en las próximas autoridades gubernamentales que encabezará el licenciado Luis Abinader Corona, quien habrá de llegar al poder con la más formidable crisis de salud por la covid-19, y su impacto en la situación económica, respecto de cuya situación, le deseamos el mejor de los desempeños.
Un tema “menor” en relación con los asuntos urgentes de salud y economía es el referente a la instalación en Panteón de la Patria (mal llamado Panteón Nacional, término institucional que no existe) del cenotafio a Rosa Duarte.
¿Qué es un cenotafio y quién fue Rosa Duarte y Díez? Cenotafio es, establece la Real Academia de la Lengua (2017), un monumento funerario que no contiene el cadáver del personaje a quien se dedica.
Rosa Duarte y Díez fue la hermana del patricio Juan Pablo Duarte, participante activa tanto en las acciones militares (fabricando municiones) como en la intelectual al ser la cronista de los hechos de la independencia, gracias a lo cual tenemos una perspectiva de primera mano de ese proceso.
¿Por qué un cenotafio a Rosa Duarte?
Debido a que los restos mortales de Rosa Duarte, quien falleció en Caracas el 26 de octubre de 1888, a causa de disentería y que fue enterrada en el cementerio en la fosa nº 1428, 2º cuartel de la sección 77, Cementerio General del Sur, también conocido como Tierra de Jugo.
Esos restos son irrecuperables según lo ha establecido la doctora Cecilia Ayala Lafée antropóloga venezolana que más a fondo ha estudiado la estadía de la familia Duarte y Díez en Venezuela, donde se produjo una excavación y reconstrucción de nichos en esa zona, según determina en su investigación sobre Juan Pablo Duarte en la Venezuela del Siglo XX. Historia y Leyenda, reeditado en el país por el Banco Central en 2014 (1).
Para establecer el cenotafio a Rosa Duarte, el procedimiento mandaría a: 1- Consulta del Poder Ejecutivo al Instituto Duartiano, Archivo General de la Nación y Ministerio de Cultura; 2- En caso de respuestas positivas, ordenar por decreto la erección del cenotafio.
