Los sobornos pagados por la constructora Odebrecht para conseguir y sobrevaluar obras, que por aquí quedaron impunes, han vuelto sobre el tapete con los 15 años de prisión a que fueron condenados en Perú el expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia.

Mientras aquí no se pudo identificar a los beneficiarios de los 92 millones de dólares que dijo Odebrecht que erogó, en Perú, Humala y su esposa fueron encontrados culpables de lavado de activos y de recibir fondos ilícitos para financiar las campañas presidenciales 2006 y 2011.

El Tribunal Supremo determinó que Humala y su mujer recibieron alrededor de tres millones de dólares del consorcio brasileño.

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Heredia no asistió al juicio y consiguió, pese a la sentencia, asilo político en Brasil. Además de Humala por el caso Odebrecht en Perú han sido procesados los expresidentes Alejandro Toledo y Pedro Pablo Kuczynski.

Además de los 92 millones de dólares, Odebrecht reconoce en un informe a Perú que erogó allí alrededor de 10 millones de dólares a partidos y candidatos para las elecciones de 2006.

Y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación encontró que la firma ocultó más de 39 millones de dólares que pagó en soborno para la instalación de las plantas a carbón de Punta Catalina. E incluso se citan con seudónimos los supuestos beneficiados de los pagos ilícitos. Sin embargo, a diferencia de Perú, las autoridades aquí no han movido una paja para procesar a los supuestos sobornados.