Editorial

Consternación

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Consternación

Gran consternación en la sociedad dominicana ha causado la muerte de tres integrantes del Cuerpo de Bomberos de La Vega  el miércoles, golpeado por escombros de un techo que se desplomó mientras participaban en la extinción de un incendio que afectó las instalaciones de  Casa Mora.

El sepelio del mayor Juan María Concepción, de 53 años;  segundo teniente Olvis de Jesús Farías Quezada, de 27, y el sargento mayor José Luis Mojica, de 55, constituyó una manifestación de dolor en la comunidad vegana a la que sirvieron con acendrada vocación cívica.

Esa tragedia ha puesto nuevamente al desnudo un drama asociado con los cuerpos de bomberos de casi todos los municipios del país, cuyos miembros  devengan salarios de miseria, carecen de seguro médico o de vida y realizan su difícil y peligroso quehacer  en  condiciones de precariedad.

La primera dama, Raquel Arbaje, quien asistió a las honras fúnebres de los fallecidos, admitió que el trabajo de esos valiosos servidores  está subvaluado y dijo que  el Gobierno trabaja en mejorar  el alcance del seguro médico y en la dotación de equipos  a los cuerpos de bomberos.

En otras naciones con similares condiciones económicas que República Dominicana, la profesión de bombero es altamente valorada por  el Estado y la sociedad, lo que se expresa en salarios dignos, seguro médico y de vida y dotación de equipos  para  extinguir incendios y salvar vidas.

La mayoría de las estaciones de bomberos en municipios y distritos municipales carecen de carros bomba y otros instrumentales para salvaguardar negocios, viviendas y vidas humanas, por lo que  se requiere que las empresas participen activamente en patronatos con la encomienda de  asistir  a esas instituciones.

 La sociedad suele  acordarse de los bomberos cuando se producen incendios que  causan pérdidas de vidas humanas y daños cuantiosos a la propiedad, como ha sido la desgracia que costó la vida a esos tres héroes y destruyó a un emblemático establecimiento comercial.

Las lágrimas derramadas por la muerte de Concepción, Mojica y Farías deberían abonar el compromiso de autoridades, empresariado y sociedad  de dotar a los bomberos de salarios dignos, de efectiva seguridad social, así como   de los equipos requeridos para extinguir fuegos y preservar vidas y bienes.

El Nacional

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