En tanto sectores políticos no han perdido la oportunidad de cuestionar la capacidad del Gobierno para lidiar con pestes como la fiebre porcina africana, detectada oficialmente en 14 provincias, la contratación de un técnico español y la comisión creada por el presidente Luis Abinader son pasos importantes contra la epidemia.

Después del descuido, en estos momentos las autoridades hacen bien en no distraerse en polémicas, aunque la crisis sugiere la necesidad de una exhaustiva investigación para establecer y tomar las medidas de rigor sobre la procedencia del virus. Con tantos intereses en juego nada se puede descartar.

La coincidencia de la peste que ha diezmado la población porcina y la pandemia del coronavirus son dos duros golpes para la salud y las actividades productivas.

De la misma manera que se han erogado cuantiosos recursos para lidiar con el coronavirus, el Gobierno tendrá que hacer lo mismo con el caso de la peste porcina.

El escenario es, independientemente de las responsabilidades, moderar los cuestionamientos a las acciones de las autoridades.

Además de no distraerse, el sector agrícola tiene que emplearse a fondo, sin escatimar sacrificios, para salir airoso del desafío que ha planteado esta epidemia que ya afecta el intercambio comercial con algunos socios importantes.

La gente sigue consumiendo carne de cerdo, por suerte para los productores, pero no se descarta que importantes establecimientos tomen sus precauciones para evitar riesgos.