La procuradora general Miriam Germán presentó las memorias de su gestión en el Ministerio Público, sobre la cual resaltó haber reencauzado al órgano de persecución por el camino de la legalidad e imprimirle la huella de apego al debido proceso.
También dijo que no claudicó ante la presión de sectores que ven la justicia como un juego de intereses individuales y no una vocación sagrada.
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La magistrada Germán, quien adelantó que no repetirá en el cargo, dijo que a su paso por la Procuraduría “no gané ni perdí”, aunque dejará el cargo con la satisfacción del deber cumplido.
Lo relatado por la procuradora se asemeja a una novela de Agatha Christie, por los misteriosos laberintos descritos en su prosa, sobre pasajes de deslealtades en su misma área de trabajo, aunque no identificó a los judas. Puede decirse que Miriam tuvo un buen desempeño en la difícil tarea de enderezar al Ministerio Público.