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Demonios políticos

Demonios políticos

En el capítulo 14 del libro de Isaías, se narra la historia de  uno de los acontecimientos espirituales más trascendentales de la humanidad: la rebelión celestial. Alguien que se creyó ser el “jefe supremo” de todo lo allí establecido, pretendió convertirse en el creador de los cielos y la tierra.

El citado libro narra esa rebelión capitaneada por Luzbel. En la misma, participó una tercera parte de toda la población angelical, entre ellos, ángeles, arcángeles y otras deidades. A este grupo se les conoce como  “Ángeles caídos”. La palabra demonio la usamos aquí como punto de referencia para la presente reflexión, pero vista y analizada desde el ángulo político. Con una connotación que bien podría resultar de alto valor para entender las maquinaciones, triquiñuelas y todas esas miserias humanas que muchos arrastran, usando la política como vehículo con tal de lograr su objetivo: El Poder.

Cuando esa persona con características demoníacas, desprovistas de buenos sentimientos, disfrazada de Ángel, logra alcanzar su meta, no es necesario decir cuál es el resultado, pues en muchos de nuestros países, unos más que otros han tenido dicha experiencia.   Esos Demonios Políticos suelen ser agentes en cuya cabeza se anidan toda una serie de ideas destructivas, las cuales si nuestros pueblos no cuentan con la debida educación en este campo, termina engullendo todas esas serpientes venenosas, esas que a la larga terminan lacerando las buenas intenciones de aquellos que en verdad están aptos desde el punto de vista ético y moral para dirigir el poder en beneficio de nuestras sociedades. En estos países tenemos estos personeros. Grupúsculo  que en su estructura mental tienen muy bien amuebladas sus cabezas con laboratorios dañinos.