Deja mucho que desear que en medio de un proceso de reforma para garantizar el orden público y la seguridad ciudadana la Policía, un cuerpo auxiliar de la justicia, lidere en desacatos las sentencias del Tribunal Constitucional.

Amén de tratarse de una institución que se rige por la jerarquía, que proclama que las órdenes se acatan sin ningún tipo de discusión.

Ante los incumplimientos de fallos que tanto cuestionan el Estado de derecho, el Tribunal Constitucional, que preside el magistrado Milton Ray Guevara, divulgó una relación de las entidades públicas y privadas que no han acatado sus decisiones, entre las que la PN aparece en primer lugar.

El consultor jurídico del Poder Ejecutivo, Antoliano Peralta, se defendió diciendo que se efectúa una investigación para determinar la razón de los desacatos. Pero como si se tratara de una excusa aclaró que la mayoría data de pasadas administraciones.

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El caso de la Policía, caracteriza por las violaciones de los derechos humanos, desmonta la retórica sobre su intención de respetar la integridad y los derechos ciudadanos. En su caso tiene que comenzar por regirse por sus propias normas para tener más crédito frente a la ciudadanía.