Ha hecho bien la Dirección General de Compras y Contrataciones Públicas (DGCP) al suspender de manera provisional la licitación de pasaportes electrónicos por valor de seis mil millones de pesos, al encontrar indicios de vulneración de los principios de participación, igualdad y libre competencia durante el proceso.
También se resalta la solicitud de intervención de la DGCP invocada por la Dirección General de Pasaportes (DGP), cuyo incumbente pidió esclarecer cualquier duda y asegurar la integridad de ese proceso, lo que combinado con la suspensión se asume como efectiva medida de prevención ante potenciales irregularidades.
Llama la atención que de 25 empresas que mostraron interés en licitar para tan costoso proyecto, apenas dos presentaron ofertas finales, pese a que esos proveedores realizaron 265 preguntas de carácter técnico, señal de que prevalecía deseo de participar y obtener la adjudicación.
Es difícil poder explicar o entender que de al menos 25 empresas licitantes sólo dos concluyeron el proceso con la presentación de ofertas, a menos que el pliego de requisitos estuviera escrito en arameo, porque se sabe que el mercado de impresión de libretas de pasaportes electrónicos es hoy muy eficiente y competitivo.
Lo menos que desea la población es que en esta licitación, que pondría fin al calvario que representa adquirir un documento de pasaporte, se reedite lo ocurrido con la adjudicación del contrato de instalación de un sistema semafórico con una inversión de más de 1,300 millones de pesos, que concluyó en mayúsculo escándalo.
Lo que ha dicho Contrataciones Públicas es que en ese proceso de licitación afloraron “indicios de vulneración” de los principios de participación, igualdad y libre competencia, exactamente lo que aconteció con el correspondiente a los semáforos, pero esta vez antes, por suerte, de que ocurriera un escándalo.
Se aconseja al órgano supervisor de las compras y contrataciones del Estado, no perder “ni pie ni pisá” en la revisión de “las letras pequeñas” que se insertan en licitaciones abiertas, cerradas o declaradas de urgencias, la mayoría de las cuales podrían estar relacionadas con intenciones de favorecer o discriminar a participantes.
Al identificar indicios de vulneración a principios y reglas esenciales en el proceso de licitación para la adquisición del documento de viaje, la DGCP ha evitado otro escándalo de mayores ribetes que el relacionado con la instalación de un sistema semafórico en el Distrito Nacional, que fue tan grave que hasta comprometió la seguridad nacional.