Si el director de la Digesett, Ramón Guzmán Peralta, se desplazara por las calles como cualquier ciudadano de seguro que no minimizaría los endiablados taponamientos.
Ni afirmaría que los agentes del organismo ayudan a agilizar el movimiento de vehículos en las vías congestionadas al intervenir las intersecciones.
Por lo visto, Guzmán Peralta ignora todos los estudios y las opiniones de especialistas en el desplazamiento de vehículos que dan cuenta de que los agentes en las intersecciones crean más problemas que los que solucionan. Los agentes gestionan el tránsito no solo al ojo, sino sin ningún criterio lógico. Al menos en apariencia.
Los costosos servidores prestarían mejor servicio si actuaran contra los conductores que estacionan sus vehículos en zonas prohibidas y que no respetan las leyes.
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Si procedieran contra los establecimientos y personas que se apropian de tramos, los talleres y otros negocios que obstaculizan el tránsito y sobre otras violaciones. Pero como el director de la Digesett no sufre los infartantes taponamientos puede permitirse afirmaciones tan lesivas en relación al desplazamiento de vehículos.
Solo le faltó decir que los embotellamientos son una percepción de la población, porque todo el que sale temprano llega a tiempo. Guzmán Peralta debería darse una vueltecita un día sin fanqueadores que le despejen el tránsito para ver si es verdad que el gas pela.