Se siente. Camina firme, sin pausa, en procura de una mejor calidad de vida para cada dominicano. Ha dejado sus huellas palpables en los lugares que pisa -incluso, el más apartado rincón-, en los 48,620 kilómetros cuadrados de esta media isla, cuya población de poco más de 11 millones de personas ha sido bendecida, de una manera u otra, por la obra bienhechora del presidente Luís Abinader.

Con una economía en crecimiento -un promedio superior al 5%/año-, y fortalecimiento institucional, podemos mostrar cifras halagadoras en el empleo, el poder de compra per cápita, y, sobre todo, en un favorable clima de inversión propiciado por una apreciable estabilidad política y económica.

A esto se suma el sitial puntero alcanzado en estos casi cuatro años que nos coloca el puesto número uno entre los destinos turísticos del Caribe, compitiendo en ofertas con lugares destacados en todo el mundo.

Situación privilegiada resultado, no cabe dudas, del alto nivel de confianza ganando en este tiempo. La eficacia y transparencia en la administración ha dado lugar estas ventajas, lo cual tiene que ver, además, con los debidos correctivos y los procesos de enjuiciamiento a los actos de corrupción detectados en los gobiernos del PLD.

Estamos, gracias a este cambio, ante un ministerio público completamente independiente, libre de actuar, como lo viene haciendo desde Abinader asumió el poder.

Enumerar las obras físicas levantadas en este cuatrienio nos resultaría imposible en el corto espacio de esta columna. Incluso, señalar los sectores y poblaciones requeriría de un relación muy amplia. Nos bastaría con estar o visitar las 31 provincias, comenzando por el Distrito Nacional, sin dejar los 157 municipios y 234 distritos municipales con sus centenares de secciones y parajes que han sido tocados, sin excepción, por el cambio.

De ahí que la necesidad de continuar sea -como es-, un asunto de interés nacional, más que una coyuntura política. Por lo cual es evidente que el país pide y espera que el cambio siga. Acreditas encuestas situarían al Presidente en un nivel de preferencia por encima del 60%.