Los familiares del joven David de los Santos, quien murió a causa de una golpiza que sufrió cuando estaba recluido en el destacamento de la Policía de Naco, no están conformes con la coerción a los imputados ni con la investigación del suceso.

Su convicción de que en el crimen se encubre a alguien, de que no se ha dicho toda la verdad, estalló con la coerción impuesta a los agentes policiales acusados de participar en el caso.

El juez Pablo Imbert, de la Oficina de Servicios de Atención Permanente del Distrito Nacional, dictó prisión preventiva y domiciliaria para los imputados. Pero lo que irritó a los familiares fue que el capitán David Alberto Rodríguez y el cabo Alfonso Decena Hernández cumplirán la sentencia en Operaciones Especiales, mientras que el segundo teniente Germán García de la Cruz y el raso San Manuel González García lo harán en su residencia. Los civiles cumplirán la pena en la cárcel de Najayo.

En el caso de los policías los familiares estiman que las condiciones de la prisión que se les impuso es para protegerlos. Y de esa manera encubrir a otros que estarían involucrados en el homicidio. Tal vez no sea así, pero es lo que ellos piensan.