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El uno y el otro

El uno y el otro

Elvis Valoy

Triste y desafortunado será futuro de la República Dominicana y Haití debido a las pesadas e inoperantes burocracias, las cuales son incapaces de crear las condiciones para el desarrollo. Sin priorizar necesidades ni solución a la vista de los acuciantes problemas, es el atraso y el caos la receta diaria en ambos países.

Del lado haitiano, hay una sociedad rumbo a la extinción, mientras que de la parte dominicana, aquí parece que nos dirigimos hacia el colapso total.

En ninguno de los dos sitios les importa un bledo las migraciones de sus poblaciones, sus causas y consecuencias. Eso no se toca.

El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Pavel Isa Contreras, y el destituido primer ministro haitiano, Claude Joseph, en un ejercicio de desconocimiento del racismo a escala mundial, sitúan al país como antihaitiano, desconociendo que la discriminación y xenofobia están presentes en todo el mundo.

En Latinoamérica, los grupos indígenas son bestialmente excluidos, sin que ningún organismo internacional se moleste ni siquiera en investigar.

En África, un país discrimina al más pobre, y Japón se pasó muchos años maltratando y arrinconando a los coreanos. En Estados Unidos se segrega a la ciudadanía negra, asiática y latina.

En Europa se persigue a la población que no es blanca, recibiendo principalmente el escarnio de la xenofobia y el racismo los grupos gitanos.

Y en lo que el hacha va y viene, la penosa realidad es la salida a diario de decenas de yolas de los dos lados, culpa en gran parte del abandono de la población a su suerte, y de las políticas económicas gubernamentales de las que tanto Pavel Isa como Claude Joseph son compromisarios. Esa criminal migración ni a uno ni al otro luce molestarles. Son humanistas de pacotilla.