Policías de Kenia forman durante la visita del primer ministro Garry Conille a la base de la Misión Multinacional este miércoles, en Puerto Príncipe (Haití). Los primeros policías kenianos desplegados en Haití, llegados en respuesta a una solicitud internacional de asistencia, comienzan a tomar contacto con un país al que ayudarán a hacer frente a la violencia y a recuperar la normalidad tras años de crisis. EFE/ Johnson Sabin
El despliegue en Haití de tropas kenianas no ha disminuido la violencia protagonizada por las pandillas ni despejado la incertidumbre en la población frente al caos y la inseguridad.
Tan incierto es el panorama que el propio Gobierno se ha visto compelido a prolongar por otro mes el estado de emergencia, además de clamar por el envío de más tropas a la comunidad internacional.
La gente se ha movilizado en demanda de que se enfrenten las ejecuciones, secuestros y el terror impuestos por las pandillas, las que no han cesado sus operaciones pese a la presencia de los soldados kenianos.
Puedes leer: Seguridad social
El primer ministro Garry Conille advirtió hace unos días que se necesitaba incrementar el número de los militares extranjeros para luchar contra los grupos sediciosos.
Por el clima que se vive en la nación los avances, si es que ha habido alguno, han sido mínimos desde la llegada del primer contingente de 400 soldados kenianos.
En algunos barrios, declarados en emergencia, las pandillas conservan sus bastiones. Lo que se advierte es que la Policía haitiana y los soldados kenianos no están en capacidad de doblegar a los múltiples y peligrosos pandilleros.