Tucson (EE.UU.), 2 de Octubre (EFE).- La frontera sur de Arizona se ha convertido en el escenario preferido de las campañas presidenciales para hablar sobre inmigración, pero para los votantes indecisos de esa región lo más importante en estas elecciones tiene que ver con sus bolsillos, que, según dicen a EFE, se han ido vaciando en los últimos años.
“La economía es el tema principal, necesitamos escuchar propuestas que nos ayuden a lidiar con los altos costos de la vida”, dijo a EFE Anna Travis al hablar sobre sus prioridades para elegir el nuevo ocupante de la Casa Blanca, poco después de que la semana pasada la candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, visitase la frontera.
A la residente de Tucson, de 56 años, le molesta que los candidatos presidenciales enfoquen sus discursos en la inmigración cuando visitan la frontera. “Aquí hay problemas más importantes y saltan a la vista”, recalca al señalar a los desamparados que aguantan el calor frente al Ayuntamiento de la ciudad.
Aunque, en la primera mitad de 2024, la economía de Arizona y el crecimiento del empleo fueron sólidos, según un reporte de la Universidad de Arizona, Travis quiere escuchar las propuestas tanto de Harris como del expresidente Donald Trump (2017-2021) dirigidas a votantes de la clase trabajadora como ella.
Las dos campañas presidenciales han arreciado los esfuerzos en Arizona, el único estado ‘bisagra’ que tiene frontera con México y que seguramente ayudará a definir el ganador con sus 11 votos electorales, que el presidente Joe Biden arrebató a los republicanos en 2020 por poco más de 11.000 votos.
El tomate de 83 centavos
La semana pasada, Harris estuvo en Douglas (Arizona), donde promovió su estrategia para arreglar el sistema migratorio. Pero ese no era el discurso que María Hernández, de 63 años y nacida en esta ciudad, quería escuchar. Su prioridad es como el Ejecutivo va a enfrentar el alto costo de la comida.
“Puedes creer que un tomate vale 83 centavos”, se queja con EFE la hispana, que vive junto con su mamá y sus hermanas a pocos metros del muro fronterizo. Hernández dice que Douglas se ha quedado “pobre” y muestra de ello es que los mercados latinos han ido desapareciendo. “Solo tenemos el Walmart y ahí todo es caro”.
Se lamenta por los locales cerrados en el centro de la ciudad y de que se invierta tanto dinero en el muro que divide Douglas con Agua Prieta (México). “No alcanzan a poner el alambre de púas cuando ya lo han cortado”, cuenta.
Un voto decisivo
Votantes como Travis y Hernández deberían interesarle a Trump y a Harris. Se espera que los electores de más de 50 años de Arizona tengan un impacto significativo sobre quién gana este estado. Una encuesta de AARP de junio pasado halló que los problemas más importantes para los arizonenses de la tercera edad están relacionados con la economía, como es el caso del republicano Terry Pettijohn, de 77 años, que considera que el gobierno de Biden “ha sido horrible” y Trump volverá a recomponer la economía.
En contraste, Rene Montelongo, una madre de dos hijos que asistió al mitin de la vicepresidente en Douglas, está segura de que Harris logrará mantener la creación de empleos, reducirá la inflación y echará hacia adelante el país. “Trump no piensa en la clase trabajadora, sus políticas afectarán a muchos en Arizona”, sentenció la votante.
A pesar del entusiasmo de los simpatizantes de los dos bandos, la mayoría de los votantes de Arizona esperan que sus candidatos, incluidos los estatales y locales, aborden mejor sus prioridades, según un informe del Centro para el Futuro de Arizona (CFA, en inglés) publicado este lunes. La encuesta encontró que el 60% de los votantes de este estado no cree que los candidatos actuales a un cargo estén hablando de los temas que son importantes para ellos.
“Los votantes de Arizona buscan un liderazgo que pueda superar las diferencias y ofrecer resultados… quieren saber cómo sus líderes abordarán los problemas que les preocupan, con planes concretos para el futuro del estado”, advirtió en un comunicado Sybil Francis, directora ejecutiva de CFA. EFE
Por: Ana Milena Varón