
Decenas de casuchas fueron destruidas en Villa Guerrero agudizando aun más la pobreza de la zona. Jorge González
El paso del huracán Fiona por el país afectó principalmente la región este, dejando a cientos de familias de la provincia El Seibo sin casa, con sus viviendas sin techo ni electricidad y sus trastes totalmente destruidos, y aunque se han reparado viviendas y se han recogido basura y escombros, aún se espera una ayuda más concreta que ayude a combatir la pobreza extrema que viven algunas localidades desde siempre.
Igual que en Higüey, el poblado de El Seibo no recibió daño alguno ya que los embates del fenómeno atmosférico solo afectaron infraestructuras de construcción muy inestables, así como árboles, sembradíos, letreros y postes del tendido eléctrico, y ya al día de hoy no hay damnificados y los problemas básicos como energía eléctricos y agua potable están resueltos casi en su totalidad.
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Si algo dejó al descubierto este fenómeno climático es cómo la pobreza se ha ido propagando a orillas de ríos en zonas extremadamente vulnerables y pobres en donde se crean barrios de hojalatas sin ninguna planificación de supervisión urbanística, y por irresponsabilidad de las autoridades se convierten en sectores importantes por la cantidad de personas que lo habitan.
Dos de estos sectores que fueron muy afectados por el huracán en El Seibo son Villa Guerrero y el barrio Puerto Rico, levantados a orillas del río Soco, en donde sus viviendas son de cinc y madera con techo en su mayoría también de hojalata con callejuelas con lodo o polvo como asfalto y en donde la pobreza y la desesperanza han sobrevivido por mucho tiempo.
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Aunque el presidente Luis Abinader ha expresado en varias visitas su interés de ayudar a los afectados de Fiona en esta provincia, los moradores de los sectores Villa Guerrero y barrio Puerto Rico dicen que la ayuda prometida no ha llegado a muchos de ellos, y aunque se han reparado viviendas otras no.

“Después del ciclón el ayuntamiento ha venido a recoger basura y escombros y limpiado las calles, pero aquí lo que necesitamos es que venga en Gobierno y vea cómo vivimos. Aquí no tenemos trabajos y vivimos el día a día como se pueda”, expresó Juan Antonio del Barrio Puerto Rico.
El Gobierno y las autoridades municipales en busca de ayudar están replicando la acción que por años ha convertido a estos sectores en lugares reproductores de pobreza e informalidad urbanísticas ya que están reparando y levando casas en lugares muy vulnerables.
Eran algo más de las 3:00 de la madrugada cuando a Boca de Yuma, en la provincia de La Altagracia, entraron los fuertes vientos de Fiona, con una velocidad de 140 kilómetros por hora, y sus torrenciales lluvias, originando grandes daños materiales en varias provincias de la zona este del país.

Previsiones
Sacar a las personas de los sectores vulnerables a orillas de ríos, cañadas y precipicios. Soterrar los cables del tendido eléctrico en vías y carreteras, deberían ser prioridades, de las autoridades, en un país en el mismo trayecto de las tormentas tropicales y los huracanes.