Dos gobiernos
Sin embargo, el camino que abre el presidente Abinader, más preocupado por su reelección que por las consecuencias que deja: descarrilar la estabilidad económica y democrática del país, ha decidido «borrar» a la oposición, y para ello, con mal velado disimulo, se utilizan recursos del Gobierno de forma copiosa lo que constituye un monumento a la temeridad y la mala fe.