Que los miembros de la oposición votaran a favor de la ley de extinción de dominio en la Cámara de Diputados anticipa que el proyecto, aunque sufrió modificaciones de forma, terminará el vía crucis en el Congreso.

Las modificaciones fueron, como había anunciado el presidente de los diputados, Alfredo Pacheco, de errores involuntarios; o sea de forma y no fondo.

Se pensaba que por las críticas de los legisladores opositores, la pieza sería objeto de intensos debates y que solo contaría con el voto favorable del oficialismo y aliados, pero no fue así.

Los 161 legisladores presentes en la sala votaron a unanimidad, gracias a un consenso alcanzado por el presidente del cuerpo, Alfredo Pacheco.

Cuando se apruebe en segunda lectura el proyecto volverá al Senado, que de seguro no entraría en mayoría discusiones para sancionarlo con las modificaciones de los diputados.

Sorprendió que tras advertirse que la ley era inconstitucional porque afectaba derechos fundamentales, los diputados ni siquiera miraron para ese lado, conociéndola como ordinaria y no como orgánica.

La ley, como se ha repetido, crea un marco jurídico que permitirá la judicialización de los bienes provenientes de actividades ilícitas como la corrupción, el crimen organizado, narco y lavado de activos. Pero todavía tendrá que esperarse que salga del Congreso para ver cuál será el destino jurídico del proyecto.