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Felipe Rojas Alou

Felipe Rojas Alou

Pablo del Rosario

El título de estas líneas define la trayectoria de un atleta y pelotero, en la que se conjugan calidad, disciplina, inteligencia y patriotismo.

Sin pretensiones de hacer una apología detallada a la carrera de tan destacado atleta y jugador de pelota, me permito recordar que, en el año 1955, Felipe descolló en atletismo, imponiendo el récord nacional del lanzamiento de jabalina.  Sin embargo, fue seleccionado para integrar el equipo de beisbol que representó nuestro país en los II Juegos Panamericanos celebrados en México, en los cuales el equipo dominicano obtuvo medalla de oro, y, su participación fue super destacada.

Ese mismo año de 1955, fue firmado por Horacio Martínez -cazatalentos de los Gigantes de Nueva York -. Inició su carrera profesional en 1956, época sumamente difícil para los deportistas de color en EE. UU., pero eso no fue óbice para que nuestro Felipe quemara las ligas menores. Si la memoria no me falla, jugó para los Indios del Cocoa, los Minneapolis Miller y otros equipos de Ligas Menores, cuyos nombres no recuerdo. Cuando fue subido a Grandes Ligas en el año 1958, por los Gigantes de San Francisco, debutó el 8 de junio de ese año, bateó de 3-2 e impulsó una carrera.

Debido a su disciplina, pudo completar una jornada de 17 temporadas en Grandes Ligas, militó en 8 equipos. Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que Felipe fue un verdadero Embajador de nuestro país en el ámbito deportivo y social de los EE. UU. Recuerdo haber leído numerosas reseñas periodísticas que recogían las opiniones de managers, gerentes y dueños de los equipos que él integró,  elogiando su comportamiento y caballerosidad dentro y fuera del terreno.

Su inteligencia y capacidad para dirigir el juego de pelota, le valieron para que, en 1992, fuera nombrado mánager de los Expos de Montreal, constituyéndose así, en el primer dominicano que dirige un equipo de Ligas Mayores. En el año 1994, una temporada recortada por la huelga de peloteros, los Expos de Montreal, ocupaban el primer lugar de las Grandes Ligas y Felipe fue elegido mánager del año.

No puedo terminar este trabajo, sin referirme a una anécdota de corte patriótico en la brillante carrera de nuestro Felipe Rojas Alou.  Ocurrió en el año 1965, cuando entonaban las notas del himno nacional de los EE. UU., previo al inicio del partido.  Él permaneció en la cueva de los jugadores, no salió al terreno, en señal de protesta por la invasión militar que mantenía ése país, en nuestro suelo patrio.  Ese gesto y todos los demás atributos antes mencionados me hacen sentir orgulloso de compartir la nacionalidad dominicana con don Felipe Rojas Alou, una gloria nacional.

.¡Enhorabuena!

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