La buena voluntad primó en el acuerdo entre la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y el Ministerio de Educación para garantizar en principio la paz en las escuelas.
Pero en ese fructífero diálogo, que tuvo en el presidente Luis Abinader una suerte de testigo, hay que resaltar la mediación del defensor del Pueblo, Pablo Ulloa.
La ADP bajó la guardia con la interrupción de la docencia, su arma de presión preferida, a cambio de un compromiso oficial llamado a cumplirse a partir de febrero del año entrante y que consiste en mejoría salarial para los profesores activos y pensionados, así como en la construcción de dos hospitales.
La ADP también formará parte de una comisión que estudiará las razones de la baja calidad de la enseñanza. Por las características de los puntos el acuerdo representa un galardón como mediador para el defensor del Pueblo.